1. Espectro sexual


    Fecha: 15/05/2023, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... acuerdas de algo —le propuso—. Podríamos quedar y hablar de ello, así que nos irá bien a los dos. A ti para pasar mejor el trauma y a mí porque me servirá tu testimonio para el reportaje que tengo que escribir.
    
    Almudena se quedó parada allí mismo como si el universo se acabara de detener. Incluso los gritos de Diego, que todavía seguía llamándola el muy pesado, le resultaban lejanos. El apuesto parapsicólogo le había propuesto una cita. No se lo había dicho de forma clara, pero era evidente lo que pretendía. O eso era lo que ella al menos pensaba.
    
    —Oye, yo me largo. Tu misma —le gritó Diego, ya dándose por vencido.
    
    Enseguida volvió en sí y sin pensarlo, le dio un beso a Guillermo, asegurándole de ese modo que no dudaría en llamarlo. Tras eso, se fue corriendo tras su amigo. Se giró una última vez para ver al parapsicólogo, quien alzó el brazo para despedirse de ella. Hizo lo mismo.
    
    En el camino de vuelta, Almudena no dejaba de mirar la tarjeta. No paraba de pensar en lo que significaba para ella y eso la ponía de los nervios.
    
    —No lo vas a llamar —dijo fastidioso su amigo Diego.
    
    Le molestó su comentario, pero prefirió ignorarlo.
    
    —Tu cállate —fue ...
    ... su única respuesta.
    
    Volvió a mirar la tarjeta. En su mente, se preguntaba si tomaría la decisión. ¿Lo llamaría o no?
    
    Epilogo
    
    Por supuesto que lo llamó. Y quedaron para hablar de lo que les ocurrió y después, para irse a follar al piso de Guillermo. A partir de ese día, los dos iniciaron una relación.
    
    Para Almudena no fue fácil en un inicio, ya que no pudo mantenerlo en secreto y se vio obligada a presentárselo a sus padres. No solo la diferencia de edad supuso un problema, sino también a lo que Guillermo se dedicaba. Resultó bastante embarazoso durante la primera cena cuando se puso a explicar los primeros casos en los que anduvo metido. Eso sí, los rostros de incredulidad de sus progenitores mientras lo escuchaban, la hicieron partirse de risa. Quitando eso, todo lo demás les iba bien. No perfecto, pero bien.
    
    Diego no se hizo famoso. El video estaba borroso y solo se escuchaban sus placenteros gemidos. Una pena.
    
    En cuanto a la casa de los Araujo, ningún insensato se ha vuelto a acercar a ella desde ese día, pero los rumores e historias sobre misteriosas apariciones y sucesos extraños continúan aterrorizando a la gente.
    
    Y lo harán por mucho tiempo. 
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