1. Mi pagafantas


    Fecha: 23/11/2022, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... poder tener un rico orgasmo.
    
    Pronto me dolían las rodillas de tanto rato apoyadas en el suelo. Hice ademán de levantarme y entonces noté como él me presionaba de nuevo los hombros hacia abajo obligándome a seguir en la misma posición. No me gustó pero no quería problemas así que seguí chupando y chupando hasta que minutos más tarde se corrió en mi boca. Por si acaso se volvía a enfadar o poner violento me lo tragué, sabiendo que le agradaría. Le miré sonriendo desde abajo y desde luego su cara de satisfacción me lo confirmaba. Me dijo "buena chica" y me dio una palmadita en la cara.
    
    Ahora faltaba saber si ahora que se había corrido iba a querer irse o me iba a ayudar a mí a correrme. Pronto tuve la respuesta. Curiosamente no se le bajaba la erección tras eyacular así que yo ya me imaginaba lo que se me venía encima. Me dio la vuelta y me inclinó sobre el sofá, exponiendo mi culo y mi vagina hacia él. Solo esperaba que no le apeteciera darme por el culo porque no sé si me podría negar y no quería que ese pollón me taladrara. Entonces noté cómo con una mano esparcía mis propios flujos por toda la zona y pronto dí un respingo cuando noté su glande sobre mis labios vaginales, frotando arriba y abajo, segundos antes de empezar a notar presión ahí, hasta que por fin me la insertó de una vez en el coño. La sensación de "llenado" era total. Nunca había tenido algo tan grande dentro de mí, y además estaba dura a más no poder (bueno, creo que mis pezones estaban aún más ...
    ... duros).
    
    Me puso una mano en la cabeza y otra en el hombro y empezó a bombear, a ritmo fuerte. Notaba la punta de su polla llegar hasta lo más profundo y hasta presionar en el cérvix. Me encantaba aunque me dolía un poco, todo estaba siendo muy intenso. Luego sus manos pasaron a copar mis pechos, lo cual me estimulaba aún más y era mejor porque así hacía menos presión en sus embestidas. No tardé en correrme como una loca. Intenté aguantar mis gemidos, no quería que se diera cuenta de cuánto me estaba gustando, porque se supone que tenía que estar enfadada por el trato que me estaba dando, pero no pude, gemí como una perra a la vez que sentía las sensaciones del orgasmo por todo mi cuerpo.
    
    El muy desgraciado se corrió dentro. No le pedí ponerse condón, porque tras haber eyaculado solo minutos antes pensaba que no podría dos veces tan seguidas, pero no fue así. Supongo que al correrme, las contracciones de mi vagina sobre su trozo de carne fueron demasiado y le llevaron a otro orgasmo. Entre boca y vagina esa noche me llevé una buena ración de leche. Por suerte no me dejó embarazada.
    
    Se duchó, vistió, me dio un pico en los labios y salió, sin apenas hablar. Yo me quedé en el sofá, adolorida, medio nerviosa por tanta tensión... y satisfecha, muy satisfecha sexualmente. Creo que el haber pasado tiempo últimamente con un "macho beta" tan grande como Francisco me hacía desear mucho un hombre de verdad, que tuviera las cosas claras y me mandara y manejara a su antojo. Al acordarme de ...
«12...456...9»