1. El regalo: Un antes y un después (Sexta Parte)


    Fecha: 29/09/2022, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... atacar–. Ten, siéntate y en esta libreta vas a anotar los nombres, teléfonos y direcciones de correo electrónico de todos a quienes creas que pueda interesarle un vehículo. Comprar uno nuevo y cambiar el viejo. —No me demoro.
    
    Tomé su mano derecha entre las dos mías, la miré con cariño y luego la solté suavemente. Salí con prisa para dirigirme al encuentro no concertado con mi esposa.
    
    …
    
    —Silvia tesoro, ¿por qué lloras? ¿Te regaño ese ogro? —Me preguntó Amanda, colocando su mano sobre mi brazo, consolándome sin saber el motivo.
    
    —No te preocupes que no es por él. —Es que me llegó la menstruación fuerte y tú sabes que los primeros días la pasamos mal–. Me excusé y me dirigí al baño.
    
    Ya estando encerrada allí, pensé con rabia, que como se había atrevido mi jefe a enviarme aquellas flores, ponerme en aprietos delante de mis compañeras. Si ellas se enteraran, se me formaría un problema mayor. Yo siempre en los almuerzos les hablaba de Rodrigo y estaban locas por conocerlo. Nunca él había venido y las pocas veces que me acercó a la oficina, me dejaba a dos calles de distancia para facilitarle la salida a la avenida más próxima, para regresar directo al concesionario.
    
    Mi carta de renuncia rota por aquellas manos que me habían acariciado, la promesa de hablar los dos de… ¿Lo nuestro? Y en mi interior la angustia por lo que aquella carta que guardaba en mi bolso, en la que mi esposo me pedía… ¡No me llames! ¡Por la noche hablamos! Y que le iba a decir para que me ...
    ... comprendiera, para que entendiera que a pesar de estar a solas con mi jefe casi desnuda, bajo una ducha de una habitación de hotel, no pasó nada grave. ¿Y los besos del viernes? ¡Mierda! mierda. Mi matrimonio hacía agua por todas partes. ¡Te amo Rodrigo, te amo! ¡No te voy a fallar! Me hablé a mí misma, saliendo para tomar compostura y distraerme en mis quehaceres.
    
    Me sentía observada por mis compañeras, señalada por sus sonrisas disimuladas, como si conocieran mi posible infidelidad y yo inquieta, enmarcada en lo alto por aquel ramo de rosas detrás de mi cabeza. Abría programas, revisaba documentos, archivaba carpetas tratando de parecer normal. Cinco minutos para las doce y pocos para enfrentarme a ellas en el almuerzo, expuesta a sus preguntas e inquietudes. A las doce en punto mi jefe salió de su oficina y delante de todas las allí presentes con su voz firme llamó mi atención y el asombro en mis compañeras.
    
    —Bien Silvia, ¿ya está lista? Vamos a almorzar y terminamos con las compras para mi aniversario. —Lo dijo así, sereno, en un tono de voz confiado y yo… Me quedé de piedra. Asombrada por aquella inusitada propuesta.
    
    —¿Silvia?... —Ehhh, si claro, si señor un minuto. —Y tomé mi abrigo, mi bolso y fui tras de él, sin mirar a ninguna de mis compañeras, cruzando la entrada de vidrio para seguirlo hasta los elevadores en el pasillo–. Don Hugo pulsó el botón del S2 y aguardamos.
    
    …
    
    —Lloviznaba ya por la zona financiera y encontré afortunadamente un espacio disponible ...