1. El regalo: Un antes y un después (Sexta Parte)


    Fecha: 29/09/2022, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... blanco en mi ordenador y en ella fui escribiendo tradicionales motivos familiares para componer mi carta de renuncia. La imprimí con temor de que alguien más la observara. Y con ella en la mano, mis pasos temblorosos me llevaron hasta la oficina de don Hugo.
    
    —Don Hugo, le estoy muy agradecida por el detalle, esta precioso en verdad, pero… —Y estiré mi mano ofreciéndole la carta–. Él ni siquiera se tomó la molestia de leerla. La dobló y la rompió en varios trozos. —Ahora no Silvia, y menos aquí. Necesito tenerte de mi lado, que me ayudes a superarlo. ¡Se te enfrió el café! —Pues ojalá también fuera así con sus ganas de mí–. Y Salí de aquella oficina, llorando.
    
    …
    
    Había terminado de preparar ya dos ofertas y mi mente seguía con la imagen de mi esposa, con la carta en su mano. Mi imaginación se negaba a apartarla, lo mismo mi corazón. Quería buscarle pretextos, hallarle justificaciones a las evidencias de que algo iba mal. En ella, en mí por igual. Tenía que saber, conocerlo de su boca y no me aguantaría hasta la noche. Ir a buscarla a su oficina, invitarla a almorzar y hablar, si alcanzaba el tiempo, calmar mi hambrienta ansiedad. Era la decisión que más correcta, me pareció.
    
    Tomé mi saco gris y busqué a Paola con la mirada. Se encontraba charlando animada con Federico y otras dos compañeras de ventas, cerca de la máquina expendedora. Hubiera podido irme sin que se diera cuenta, pero la necesitaba para ocultar mi ausencia. No necesité llamarla, pues ella se dio por ...
    ... enterada de mi presencia, al dirigir el verde de sus hermosos ojos hacía mí y despidiéndose de ellos con un agitar de su mano, enfiló sus pasos a mi encuentro. Su figura sinuosa, su elegancia al caminar y el contoneo de sus caderas me hipnotizaban. Se tomó con sus manos las dos nalgas, como si quisiera constatar que no las había dejado atrás. Federico y unos clientes más allá, no dejaron de «comérsela» con la mirada. En su rostro la alegría caribeña, iluminándolo todo con su sonrisa. Era un imán que lo atraía todo.
    
    —Anda Nene por fin, estaba muy aburrida. —Me dijo colocando sus brazos en cruz frente a su pecho.
    
    —Pao, mira. Necesito que por favor me «cubras». Es una diligencia personal y no comercial, por lo tanto no necesito que me acompañes. —Ella puso cara de enfado, pero yo continué explicándole mi estrategia para escapar.
    
    —Verás, si don Augusto me busca, solo dile que se me quedaron unos apuntes en mi piso, y tuve que ir a buscarlos. No me demoro, una hora y media tal vez.
    
    —¿Y yo que hago mientras tanto? —Pues en primer lugar dejar de perder tu tiempo hablando por ahí. –Lo dije en un tono que sonó a reproche–. ¿Celos? Si, pudo ser. —En vez de eso puedes sentarte y prospectar.
    
    —¿Prospectar? ¡Ajá Nene!… ¿Y eso con que se come? —Me preguntó intrigada. —Pues Pao es convertirte en cazadora y olfatear a tus posibles presas. Buscar clientes potenciales, inicialmente dentro de tu círculo más cercano, familiares y amigos. Luego ya veremos qué mercado te gustaría más ...
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