1. Los feos también cogen rico


    Fecha: 13/01/2022, Categorías: Sexo con Maduras Autor: mariacoorinave, Fuente: CuentoRelatos

    ... parte sana y no la pervertida que llevo dentro de mi.
    
    —¿Es en serio, chamita? —me dijo al ver que me le estaba ofreciendo en bandeja de plata.
    
    —Si, en serio. —le respondí y comencé a sentir mi respiración agitada porque estaba casi del todo segura de que ese hombre me iba a coger.
    
    No había marcha atrás, si ese hombre no actuaba me iba a decepcionar.
    
    Me tomó de una mano y me acercó a él y empezó a manosearme los senos con ambas manos. Había dado el primer paso y nada ni nadie lo iba a detener.
    
    —Qué delicias de senos tienes, flaquita.
    
    Me terminó de jalar hacia él e hizo que quedara sobre sus piernas y me chupó los senos con tal dedicación que me hizo gemir
    
    —¿Te gustan? —le dije casi sin voz
    
    —Me los voy a disfrutar como si no hubiera un mañana dijo.
    
    Me reí levemente y le dije que eran suyos, que le hiciera lo que quisiera.
    
    Me quedé encima de él viendo cómo se comía mis senos, apretando con leve fuerza, mordiendo suavemente mis pezones, incluso los escupió para luego lamerlos, eso me encantó.
    
    Estuvo chupándome por unos minutos en los que no dijimos una sola palabra, solo se oían mis gemidos y el ruido de sus labios saboreando mis pezones. Se levantó y aun cargándome se dirigió con toda confianza y sin permiso hacia mi habitación donde me recostó, me quitó el short y se dio cuenta de que no tenía panti.
    
    —No sé si aguantaré cogerte, pero lo intentaré —dijo al ver mi vagina depilada de una forma tan perfecta, no había rastros de vellos por ningún ...
    ... lado y solo se veía la línea que separa mis labios vaginales.
    
    Se agachó, analizó mi vagina con sus dedos, comentó lo deliciosa que le pareció y procedió a comérmela como nunca me la habían comido en la vida. Me hizo retorcerme en la cama, su lengua me llevó al paraíso.
    
    No solo sabía realizar conexiones eléctricas y reparar el motor del portón, apodar el césped, limpiar la piscina y demás, también sabía chupar una cuca como los dioses, tan bien que no tardé en correrme.
    
    —Qué rico te chupas mi cuquita —le hice saber lo bien que lo hacía, con una voz que parecía estaba llorando.
    
    Pero no estaba llorando, era que ese hombre se había metido hasta lo más profundo de mi, me había hecho temblar todo el cuerpo y había logrado hacerme correr en cuestión de segundos.
    
    Yo estaba tan inmersa en una gran ola de placer que no me di cuenta cuando se quedó completamente desnudo frente a mi y me metió su pene de golpe.
    
    «Ohhh», lo escuché gemir en voz alta
    
    Empezó a penetrarme suave pero no tardó en apurar el ritmo hasta que me cogió como una bestia salvaje, una vez más me estaba alcanzando el clímax y lo logró, me hizo correr de nuevo sin parar de embestirme con frenesí.
    
    Me hizo voltear y quedé con las piernas fuera de la cama, se metió entre ellas y volvió a penetrarme. En esa pose me sentí su perra, quería decirle cosas vulgares y animarlo a que me insultara pero preferí callarme y disfrutar lo que me hacía, dejar que él hiciera lo que quería sin perturbar su mente. Así ...
«12...4567»