1. Los feos también cogen rico


    Fecha: 13/01/2022, Categorías: Sexo con Maduras Autor: mariacoorinave, Fuente: CuentoRelatos

    ... haya preguntado sino porque un día que iba entrando lo vi hablando con el conserje de turno y este mencionó su nombre mientras conversaban.
    
    A partir de entonces decidí ser más cortes, las próximas veces que me topé con él lo saludé siempre agregando su nombre.
    
    Pasarían unas cuantas semanas para que Antonio cautivara por completo mi atención. Me lo conseguía muy a menudo en la entrada del condominio al llegar, me saludaba y se inventaba cualquier tema de conversación para retenerme por unos segundos logrando hacerme sonreír en casi todas las ocasiones. Ese fue el puente que nos conectaría más adelante; su sentido de humor, su espíritu enérgico y seguridad, dejar claro desde un principio que yo le interesaba.
    
    Con el tiempo se las ingenió para ser él quien me llevase a mi apartamento cosas puntuales como envases de agua potable, muebles que de vez en cuando iba agregando a mi apartamento, bolsas pesadas de alguna compra hecha en el supermercado; aparecía él de la nada para ofrecerme ayuda.
    
    Cada lunes o martes que solicitaba un envase de 20 litros de agua potable él se encargaba de llevarlo a mi apartamento y aunque yo le ofrecía propina siempre la rechazaba.
    
    Me fui dando cuenta poco a poco que Antonio despertaba en mi un extraño interés hacia él. Siempre que dejaba el agua encima de la mesa y se iba gustoso de habérmela traído yo me quedaba pensativa. Ese hombre me deseaba, no había dudas. Llevaba meses tratándome como una reina sin obtener nada a cambio.
    
    Quizá ...
    ... pensaba que era imposible que una chica linda como yo, teniendo la mitad de su edad jamás le correspondería o tal vez pensaba lo contrario y estaba seguro de que algún día yo caería rendidita a sus pies.
    
    La confianza se incrementó, yo era más amable con él y empecé a despedirme con un beso en su mejilla cada inicio de semana que subía a mi apartamento a llevarme el agua.
    
    Recuerdo que la primera vez que le besé la mejilla le dije:
    
    —Ya que no me dejas darte propina al menos déjame agradecerte con un beso
    
    En lugar de sonrojarse contestó:
    
    —Viniendo de ti es un beso que vale millones, preciosa.
    
    Ese día me regañé a mi misma apenas se fue. «¿Qué me estaba pasando? ¿Acaso estaba loca? ¿Te vas enredar con un feo cuarentón probablemente soltero, un simple empleado del condominio? Estás mal de la cabeza, María, reacciona a tiempo».
    
    Luego me reía a mi misma de mis alocados pensamientos. Cómo era posible que llegase a pensar y fantasear con ese hombre invadiendo mi vagina con sus dedos, su lengua y su pene, tomándome de las caderas, chupando mis pezones y haciéndome completamente suya. Y no solo eso, llegué a tocarme bajo la ducha pensando en él y tuve sueños húmedos en los que él aparecía observándome mientras me duchaba y haciendo gestos lascivos aunque sin llegar a tocarme, pero si masturbándose y mostrando una sonrisa de oreja a oreja.
    
    Las mujeres también fantaseamos y tenemos sueños de tipo erótico y no necesariamente con un príncipe azul, a veces aparecen en ...
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