1. Historias del despacho


    Fecha: 24/10/2021, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Erothic, Fuente: CuentoRelatos

    ... regresando a la privacidad que me ofrecían mis parpados cerrados.
    
    Así de él dependería todo. Si le placía irse, bien podía despedirse cuando quisiera, o si en verdad me deseaba tanto como yo a él, era completamente bienvenido a quedarse, mirarme y participar.
    
    No me importaba en realidad; estaba muy cansada, fatigada y fastidiada del estrés acumulado a lo largo de todo el día. Solo quería continuar relajadme, reconfortándome a mi misma por soportar un día más de intenso trabajo.
    
    Él seguía ahí, lo sabía. No Hacía falta abrir los ojos, le escuchaba respirar agitadamente, lo sentía. Olía su perfume cada vez más cerca mientras le escuchaba caminar hacia dentro de mi estrecho cubículo.
    
    Me había puesto muy contenta, intrínsecamente me aceptaba, había confirmado que me deseaba. Me alegré tanto que sonreí. Entonces abrí los ojos, me puse de pie y caminé a él lentamente a medida que me quitaba el saco a cada paso. Nos miramos fijamente, no hacía falta decir nada, lo que queríamos estaba frente a nosotros. Él a mí, y yo a él.
    
    Tiré mi saco al piso, me senté en mi escritorio subiéndome un poco la falda y le abrí las piernas de par en par justo de frente. Ahí me toque seductoramente mi blusa desabotonada, metiendo mi mano por debajo de mi sujetador para estrujarme el seno izquierdo lanzándole así la invitación de que la cena estaba servida.
    
    A continuación bajé mi mano para meterla por debajo de mi falda, de paso, subiéndomela hasta la cintura. Ahí me masajee un poco por ...
    ... encima de mis bragas rosas que contrastaban con la oscuridad de mis muslos. Él observaba atentamente, conteniendo sus impulsos animales, mirando como mis dedos jugueteaban entre los encajes trasparentes de mi ropa interior, haciéndola a un lado para debelarle mi depilada vagina rosada y completamente mojada.
    
    Fue en ese momento cuando no resistió más. Entonces se me acercó, se arrodillo frente a mí, entre mis piernas, y sin más se metió entre ellas hasta mi coño. Ahí enseguida sentí una tibia lengua sorbiendo de mis juegos deslizándose entre mis labios vaginales internos.
    
    Siempre imprudente. Siempre irrespetuoso, entrando sin permiso, esta vez hasta lo más privado de la intimidad de mi cuerpo. Pero se sentía tan placentero, era tan excitante, que lentamente me estaba arrancando mi primer orgasmo de la noche.
    
    Poco a poco sentía mis piernas relajarse, mi cuerpo se tensaba y mi corazón latía intensamente, mientras mi vagina se dilataba abriendo paso al placentero sentimiento de goce entero, cuando mi garganta se me engarzaba haciéndome gemir a gimoteos aullando de éxtasis, al tiempo que le rogaba incesantemente a mi jefe que continuase y no parara hasta sentir como mi coño se habría ante él, eyaculando en su boca que bebía de mis secreciones sexuales entre los espasmos de mi vagina en sus labios.
    
    Pero no era suficiente, estaba tan caliente que me lo tenía que coger. Aquello apenas comenzaba. Después de mi primer orgasmo de la noche, él se irguió frente a mí, me quitó ...