¡Qué bueno el lejano oriente! - Relatos Eróticos

¡Qué bueno el lejano oriente!

... su boca en la concha de la hermanita … y sorbió todo lo derramado. 
-¡Jim! ¡Besame, que quiero saborear los juguitos de Kyomi! – Yo seguía con la pija adentro, bien profunda. Jim se irguió y pegó sus labios a mi boca. – ¡Están riquísimos!
	Mientras me besaba, jugando con nuestras lenguas, la tomé de atrás y metí un par de dedos en el culo.
-¡Ahora te toca a vos, preciosa…
-¡Siíí! ¡Me muero de ganas! 
	Me apoyé con las manos en los glúteos de Kyomi y la fui retirando despacito. 
-¡Toda tuya! – Le dije a Jim, quien rápidamente se agachó para tenerla en su boca, y chupar, junto con el gustito del culo de la hermanita. ¡Sin duda que lo conoce muy bien! Algún día les preguntaré desde cuando tienen relaciones lésbicas. 
	Luego de dejármela limpia y brillante, Jim se acostó boca arriba. Me acomodé entre sus piernas y ella las levantó. Levanté sus caderas con mis manos. Le indiqué a Kyomi que ponga la almohada. Me agaché sobre su entrepierna, para besar, chupar… y salivar el ano…, también, de paso, la concha…
	Metí el pulgar en el arrugadito agujerito, y dos dedos en la vulva. Jim tenía los ojos en blanco. Levanto bien sus piernas, hermosas, por cierto, e intento meter los dedos de la otra mano. Primero el anular y el mayor. Entro y salgo, entro y salgo. En el ínterin, Kyomi se colocó sobre la carita de Jim. Yo no veía ahora sus ojos, pero si su pera en primer plano y la lengua horadando la concha de la hermana. Con Kyomi cruzamos nuestras miradas, con amplia sonrisa los ...

... dos. Había introducido el índice, el anular y el mayor en el culo de Jim. Entraba y salía. Kyomi y yo acercamos nuestros rostros y nos besamos. Un momento muy lindo y placentero. Y seguirá mejor todavía. Inclinándose hacia mí, al ver que ya me alistaba para enterrarle el choto en el culo, Kyomi tomó la pija con una mano, mientras con la otra se sostenía, y la colocó a la entrada del ojete de la hermana.
Puse las piernas de Jim en sus manos, para sostenerlas, para no tener que ocuparme yo.
Empujé despacito, un poquito más, otro poquito. El gemido de Jim me indicó que iba bien.
-¡Sisisiiiii! ¡Asiiii! – Jim interrumpía la chupada a Kyomi para hacer evidente su placer. Con una de mis manos sobaba las tetas de Jim, y con la otra acariciaba el clítoris e introducía los dedos en la vulva. Kyrki me lamía los labios, entreabiertos de gozo. 
	Llegué al fondo. Mis huevos están entre sus glúteos.
-¡Aaaahhh! ¡Oooohhh! ¡Siiiiii! – Mi penetración aceleró las lamidas de Jim. Kyomi se estremeció y largó sus fluídos. 
-¡Ummmm! – Lamía Jim. 
Comencé el entra y saca despacito, para sentirla bien. Cuando lo hago muy rápido no es tan placentero. Así gozo mejor. Sentía que me venía. Traté, como siempre, de contenerme. Por suerte Jim se estremeció. Sentí chorrear sus líquidos entre mis huevos. 
-¡Aaaaaahhhhh! – Jim se relajó. Volví a tomar sus piernas. - ¡Ay Dios! ¡Me vuelvo loca! ¡Oooohhh!
Yo soy huevón. ¡Litros de semen debe haber en mis testículos! ¡Todo adentro del maravilloso culito de ...