¡Qué bueno el lejano oriente!
Fecha: 12/09/2021,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: Caramelo, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... fondo y pudiera tragar mejor.
-¡Mmmmmmmmm! ¡Esto sí que es bueno! ¡Ahora también todo el sabor es tuyo!
¡Y a dormir!
Cuando nos despertamos, a la mañana, escuchamos música, muy queda. Kirky estaba levantada. Luego de bañarnos fuimos hacia la cocina. La nena había preparado el desayuno.
-¡Tesoro! ¡No es necesario que madrugués! – Ari la reconfortaba. Quería que se sintiera bien, sin ninguna obligación.
-No hay problema. Dormí tan profundamente que me desperté muy temprano. – Kirky lucía su tan hermosa sonrisa. – No me interesa quedarme despierta en la cama… en soledad…
-¡Jajaja! – Nos reímos los tres.
Nos acercamos a ella y la besamos, ambos, Ari y yo.
-Está bien. – Yo quería “reconfortarla” más todavía. – Cuando nos despertemos antes que vos, iremos a tu cama… para que te quedes despierta…
-¡Pero mi cama es más chica que la de ustedes!
-¡La compramos grande porque sabíamos que ibas a venir vos! – Araceli sabía que era grande para “aguantar” a Yolanda…, pero le hizo el cumplido a Kirky. – Pero…, tesoro…, ahora no podemos aprovecharla. Tenemos que ir a trabajar…
-Está bien…, pero… a la noche…, no sé si iré directo a mi pieza…
-¡No, pues claro! Primero a la nuestra…, luego te vas a tu cama…, pero puede ser que te acompañe. Las dos entramos cómodas… - Ari marcó la cancha: así sería la “rutina”. – Ah…, puede ser… que también quiera ir Dani… ¿no papito?
-Claro…, sólo cuando vos me dejés el lugar…
-¡Jajaja! – La risa la compartimos todos… y nos fuimos a ...
... trabajar.
¿Y ahora qué carajo hago con las japonesitas? ¿Estarán acá o todavía en Lima?
Al fin me decidí a llamar.
-Hola…
-Hola, qué tal?
-¡Dani! – Un grito de alegría. Era Jim, la mayor de las hermanitas, 20-21 años.
-¡Ja! ¡Te acuerdas de mi voz!
-¡Por supuesto! ¡No nos olvidamos de vos, nunca!
-¡DANIII…!
-¿Y eso?
-¡Es la loquita de mi hermana!
-¡Ven pronto mi amor! – Kyomi hablaba al lado del teléfono.
-¡Jajaja! ¿Donde están?
-En el hotel, acá, al lado de donde se había instalado Kirky. ¿La llevaste a tu casa?
-La invitó Araceli, hasta que consiga trabajo.
-¡Aaahhh! ¡La debes pasar muy bien! – Esa era Kyomi.
-Si, por supuesto. ¡Requetebien! Pero…, es porque no te tenía a vos.
-¡Ven a visitarnos! – Jim no daba vueltas…
-¡Vinimos por ti! - La hermanita gritó junto al teléfono.
-¿Cuándo puedo ir?
-Ahora mismo. – Esta fue Jim.
-Nooo…, ahora no puedo. Estoy trabajando.
-¿Tienes algunas horas esta tarde?
-Y… si…, a las seis, más o menos…
-¡Te esperamos!
-Dime… ¿por qué llamaron a Kirky?
-Porque al no saber dónde estarías…, no te queríamos comprometer… ¿entiendes?
-Si, perfecto. ¡Gracias! Luego nos encontramos…
-¡Chau! ¡Jajaja! – La japoperuanita…, quería argentinizarse…
O sea… obvio… Fui a casa –sabía que no estaba Araceli-, me bañé, me cambié, bien cómodo y “livianito”, tomé las pildoritas –como siempre hacía había ido al cardiólogo la semana anterior-, y fui al hotel. Como tantas otras veces, en estos casos, dejé el auto en la obra.
¡Uy dio! ...