1. Mi amiga Feli me llevó hasta él (3): Mi vida con Abel


    Fecha: 24/04/2021, Categorías: Dominación / BDSM Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... había pasado, me preguntó cómo es que yo había traído la copa y no la policía. No supe contestarle mas que lo siguiente:
    
    — Sabía Abel con certeza que yo la traería aquí sin que faltara nada; la policía me despertó, fui al hospital y lo que quería era darme esa copa y que no lo tocara nadie ni yo tocara lo de dentro, él sabe que todo lo que me pueda pedir en la vida lo cumpliré con exactitud. Eso hizo él, fiarse como siempre de mí, y eso hice yo, cumplir sus deseos a rajatabla.
    
    Luego el obispo llenó de elogios a Abel, que allí donde iba lo querían, que era muy responsable, etc., etc. Para mi satisfacción era suficiente. No añadí más ni dije más, es un mundo que desconozco.
    
    Vino una persona con una camisa limpia para que me cambiara, lo hice delante del obispo sin recato, la otra estaba ensangrentada y bajamos una escalera. Había mucha gente, cuando llegamos todos callaron, pero veía en sus ojos cierta admiración por mí que yo no entendía. A la puerta había un coche con un cura joven que me hizo subir y me llevó al hospital. Vi a Abel mejor, más repuesto, y me acordé de Feli. Me disculpé de Abel y me fui a casa.
    
    Había ido Antonia y estaba Feli sentada en su silla, preocupada, esperando que yo fuera. Me senté a su lado y le conté todo lo que sabía y lo que había hecho.
    
    — ¿Te dio la copa y la llevaste al obispo?
    
    — Sí, ¿qué pasa?
    
    — ¿Sabes lo que hay dentro?
    
    — Sí, hostias.
    
    — ¿Sabes que son?
    
    — Eso que coméis cuando comulgáis que significa ...
    ... Jesús.
    
    — No; para nosotros es Jesucristo, Dios mismo.
    
    — ¡Anda ya…!
    
    Ella insistió en que lo creyera, pero es muy duro de creer que una cosa como un papel sea Dios. Aunque ella me dijo que no era papel sino pan ácimo porque está hecho de harina sin azúcar, ni levadura, solo harina y agua y que lo consagran y es Jesucristo. Con sus explicaciones entendí que el obispo y todos los de allí se arrodillaran, pero no comprendí cómo eso puede ser. Pero sí capté que era muy importante y que Abel arriesgó la vida para salvar esa copa y su contenido del incendio. Creció mi amor por Abel, al reconocer su valentía y su convicción y llamarme a mí para asegurarse de que aquello iba a llegar completo a su destino.
    
    Cuatro veces estuvo Abel en quirófano en manos de los médicos para salvarle la pierna. Le pusieron un clavo para sujetarla debido a la rotura en varios trozos del hueso. Aseguraron que se recuperaría. Fuimos al pueblo para recoger sus cosas y nos lo llevamos a casa después de un mes que salió del hospital. El otro cura que había en el pueblo fue destinado a otro lugar y allí iban los domingos a decir una misa en una ermita desde otro pueblo vecino por un tiempo indefinido. Me explicó Abel que esa situación duraría varios años. Noté cómo lo sentía cuando me lo explicaba.
    
    Lo tuvimos tres meses metido en casa y muy aburrido, vinieron a visitarlo sus hermanos y varios curas. Yo ya sabía por Feli que sus padres habían muerto ya hacía algunos años. Ninguno de los hermanos habló de ...
«12...4567»