1. Mi amiga Feli me llevó hasta él (3): Mi vida con Abel


    Fecha: 24/04/2021, Categorías: Dominación / BDSM Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    Acabé mis estudios de violín. Uno de mis profesores me ofreció trabajo de concertista. Éramos siete -un septimio, también llamado septeto, con violín, viola, violoncelo, clarinete, trompa, fagot y contrabajo, el chico del contrabajo también tenía un conjunto donde él era percusionista y se había arreglado una batería múltiple. Todas las semanas teníamos dos sesiones de ensayos, luego tenía que trabajar por mi parte en casa.
    
    Ese fue mi gran problema con mis padres y hermanos, pues les molestaba que «todo el día estuviera dándole el dichoso violín», decían ellos. Una o dos veces al mes teníamos conciertos y se iban incrementando, de modo que a veces llegaban a tres conciertos, viernes, sábado y domingo. Todo esto aumentaba mi estudio particular y ya estaba cansado de salir al campo para ensayar.
    
    Propuse a mis padres, arreglar insonorizada mi habitación y se negaron del todo, sin darme mayores razones que una: «yo no era el único hijo; los demás también tienen derechos». No entendí nada porque me lo iba a pagar yo. Llegó el momento en que se me hizo irresistible vivir con ellos, a la vez que necesitaba más tiempo para mis ensayos. Feli descubrió, buscando donde tenía yo conciertos, que había anunciado la necesidad de alquilar una vivienda y las condiciones. Entonces me dijo que insonorizara la habitación de su casa que yo quisiera y que ensayara ahí.
    
    Acompañado de ella vimos lo que era mejor, respetando su habitación aunque me la había ofrecido. Y ella eligió dos ...
    ... habitaciones, lo dijo así:
    
    — Esa para el violín y esta para el violinista. Insonoriza esa y cuando te canses y necesites descanso pasas a esta para dormir.
    
    Me puse feliz, poco a poco iba llevando ropa mía a casa de Feli. Recordarán que era vecina de la vivienda de mis padres. Sin darme cuenta, lavaba allí mi ropa en una vieja lavadora que pronto cambié por una nueva y mejor, gracias a que iba teniendo algunos ingresos por los conciertos. Lo mismo pasó con la cocina. Ocurrió que un día que me iba a dormir a casa me preguntó:
    
    — ¿No te gusta la habitación?
    
    — Sí, ¿por qué?
    
    — ¿Por qué te vas?
    
    — Por no incomodarte, Feli, que ya te molesto bastante.
    
    — No me pongo en contra de nadie, pero tu vida no está ahí al lado…, esta es tu habitación, ese tu estudio, tienes un baño aquí…, ¿qué más necesitas?
    
    No cabía decir palabras. Entonces hice un cartel pequeño para la puerta que decía: «PUEDES PASAR». Primero lo hice en papel, luego lo mandé que me lo hicieran en acrílico blanco, para que no me preguntara más si podía entrar. En la parte trasera del acrílico decía: «SILENCIO, POR FAVOR». Así Feli podía escuchar cada día mis conciertos en directo y de presente. Cuando yo estudiaba, era silencio, cuando ensayaba podía pasar.
    
    Un día me pidió que le hiciera un cartel similar para la puerta de su habitación, pero en su lugar hice un conducto eléctrico desde su dormitorio al mío y sonaba el timbre y conectaba con el estudio donde se encendía una luz roja, pues había veces que ...
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