1. Angie (V): En el cuarto de consejería junto a Don Pedro


    Fecha: 12/01/2021, Categorías: Gays Autor: darkghostwritte, Fuente: CuentoRelatos

    ... soportaba para incrementar aquella explosión de perversión que mis vergüenzas estuviesen expuestas antes los ojos de horrible hombre.
    
    Creí desfallecer cuando sus manos volvieron a agarrar mis pompis para separarlas para poder ver mi inmaculado y virgen retaguardia trasera para mantenerla abierta durante unos segundos, cuando las soltó dejó caer su mano azotándome tal cual lo había hecho mi padre y Don Emilio, lo cual me hizo gemir de placer.
    
    Angie: Ahhh… Don Pedro gemí sin ya poder ocultar el grado de excitación que sentía ya al vórtice de explotar.
    
    Don Pedro: Después del masaje, hay que golpearlas un poquito para que se remueva la sangre, no se preocupe mi niña, solo son un par de suaves golpes.
    
    Castigó mi otra pompis esta vez con más fuerza lo que me hizo arquear y menear la cintura de las sensaciones que me provocaba, a medida que sus nalgadas llegaron fue que no pude aguantar más esa morbosa y perversa situación.
    
    Angie: Uuh, aah, uhmmm... Don Pedroooo... -gemí ...
    ... totalmente entregada a sus caricias no importando desatar mi estado frente a ese hombre.
    
    Don Pedro al verme en el estado que estaba, toda entregada, mientras seguía con su masaje que me tenía al borde del orgasmo. Fue que impulsado por mi entrega comenzó a pasar un dedo por mi ano cada vez que podía.
    
    Eso me volvió loca y no pude aguantar más, sentía ese grueso y calloso dedo rozar cada vez que podía esa parte de mi cuerpo que solo había sido profanada con mis propios dedos, ahora eran los de Don Pedro, que buscaban cada instancia para presionar más.
    
    Angie: UHMM… ay, ay, uy, Don Pedrooo... me... -le dije moviendo mi trasero con toda la provocación que me era posible, cuando sentí su dedo incrustarse irrespetuosamente penetrándome las pompis con la primera falange de su dedo. Cuando sentí ese grueso y maltratado dedo penetrar las pompis fue que me vine gimiendo de placer, retorciéndose apoyada a la pared mientras movía las caderas donde Don Pedro no sacó su dedo que terminó mi orgasmo. 
«12...78910»