1. Trío inesperado de Cornelio


    Fecha: 31/05/2023, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Ber, Fuente: CuentoRelatos

    ... bailar. ¡Qué envidia, Ociel baila excelentemente! Me senté para disfrutar la escena y empecé a gritar “¡Mucha ropa! ¡Desvístela hasta que se le vean los pelos!”. Stella le ayudó, sin dejar de bailar, como si de una coreografía ensayada se tratara y pronto quedó en tanga. Ociel traía el pene como rifle pues en cada acercamiento Stella le tallaba el cuerpo con lo suyo y también se tomaban de los sexos en los recorridos de cucharita y él de las chiches cuando la inclinaba.
    
    Yo los veía y me la jalaba. Stella se acercó a mí y se agachó para mamarme la verga, y, justo cuando terminó la música, ¡él se la empaló por el culo! La tomó en un abrazo del vientre y las chiches, la echó hacia atrás y Stella levantó las piernas para ponerlas sobre mis hombros, quedándome su pucha en mi boca. Sí, se la chupé hasta que los dos se vinieron al unísono.
    
    Ociel, sin soltarla, se dejó caer en el sofá y hasta allá fui, poniéndome de rodillas, para lamerle la panocha otra vez, mientras mis manos competían con las de Ociel para magrearle las tetas a mi exmujer.
    
    Les alcancé sus copas para que descansaran en esa posición y también coloqué la mesa de centro en su lugar. Ella movía su culo de vez en cuando y pegaba su cara a la de él reclamando un beso. Yo los miraba saboreando el vino y me acariciaba el escroto con los huevos llenos y el palo reclamando la oquedad de Stella, quien se sentó en el sillón al salírsele el miembro que había perdido la otrora turgencia y, dando unas palmadas en el ...
    ... asiento, me conminó a sentarme junto a ella. Las copas se habían terminado y las volví a llenar, dejándolas en la mesa antes de sentarme a su lado.
    
    Teniéndonos uno a cada lado extendió sus manos y nos empezó a masturbar. Con el mismo pensamiento en la mente, ambos nos pusimos a mamar la teta que nos quedaba más cercana ¡Qué delicia!, pero tuve que aguantarme para no venirme.
    
    Ociel, parecía todo un garañón, traía otra vez el pito muy parado, “Quizá tomó viagra”, pensé. Stella me dijo al oído “Cógeme” y se puso de pie para agacharse a chuparle el pene a su amante ofreciéndome su grupa. El sillón de piel estaba mojado con el semen que se le había salido.
    
    De pie tras ella, vi su trasero también mojado. Bajo sus delgadas nalgas, sobresalían sus labios, ofreciendo una raja muy mojada y en la orilla del aún dilatado ano resaltaba una pequeña gota blanca. Me agaché para lamer su vulva y aunque mi nariz se mojó de esperma seguí lamiendo el jugo de su vagina. El olor y el sabor de su pepa me obligó a enderezarme para tomarla de las caderas y ensartarla hasta los huevos de un solo envión.
    
    Ella no dejó de mamarle la verga, acariciando el tronco de arriba abajo con una mano y con la otra jalaba hacia abajo la bolsa de los testículos, los cuales también lamía en los cariños a su amado. Yo me movía sin control, hasta que di un grito celebrando mi venida. Ociel también gritó porque le pasaba lo mismo. Sentí las contracciones de Stella que apretaba mi miembro para exprimir todo el ...
«12...4567»