1. Vacaciones en Cullera


    Fecha: 24/05/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos

    ... suelta el lazo del sujetador. Yo tampoco pongo ninguna objeción porque a pesar del frescor de la crema, sus dedos son como fuego en mi piel y la sensación es tremendamente estimulante. Sé que mi espalda ya no puede absorber más crema, aun así, él parece no querer dejar sus caricias, por el contrario, desliza sus manos por debajo de mis pechos e intenta llenárselas con ellos. Mis terminaciones nerviosas empiezan a agitarse con sus manos en mis tetas, después traza con sus dedos corazón movimientos circulares en mis pezones y los labios de mi sexo se abren como si tuvieran vida propia. Puedo notar mi humedad, pero también percibo como su aproximación me permite reparar en su erección en mi espalda.
    
    Estoy muy caliente, pero ahora tengo motivos para estarlo. Tan excitada estoy que dejaría que me follara allí mismo, y es lo que al parecer pretende, ya que me recuesta e intenta meter su mano en mi sexo, pero yo se lo impido porque, pese a que no hay mucha gente en la playa a esas horas, no quiero montar una escena, ni tampoco que nadie vea como Zipi me mete mano u otra cosa.
    
    —Para, —le amonesto, cuando en realidad lo que deseo es que me folle. —Pueden vernos, —añado.
    
    —Vamos a mi apartamento, —sugiere él tan excitado como yo. Yo también considero que es lo mejor.
    
    Al levantarse veo la tienda de campaña que forma su bañador y sonrío por no relamerme los labios, él en cambio intenta recolocarse su herramienta en una posición más cómoda y menos llamativa.
    
    Zipi abre la ...
    ... puerta del portal y subimos en el ascensor hasta el tercer piso. Abre y me cede el paso, a continuación entra él y cierra la puerta. No espera a llegar a la habitación, me coge por la cintura y me atrae hacia él besándome con pasión desmedida. Yo respondo a sus besos y caricias del mismo modo, buscando ambos cada rincón escondido de nuestros cuerpos. Ni siquiera nos planteamos ir a la habitación. Nos quedamos en el salón y nos deshacemos de las pequeñas prendas. Zipi me tumba en el sofá y se coloca encima besándome los pechos para después bajar poco a poco por mi barriga. Se detiene en el ombligo y traza varios círculos sobre él. Después desciende por el poquito vello de mi sexo oliéndolo y embriagándose de mi aroma. Su lengua abre los pliegues de una raja que a estas alturas está encharcada. La recorre de arriba a abajo, alternando el trayecto con ligeras penetraciones de lengua. Después busca el nódulo totalmente expuesto. Por mi parte contorneo el cuerpo moviendo la pelvis en busca de la lengua que me está encumbrando a la cima de un inminente clímax, pero Zipi detiene la práctica y se incorpora para colocarse encima de mí y penetrarme tal y como he fantaseado cada día desde aquel primer encuentro. Yo suspiro de gozo sintiendo su miembro perderse en el fondo de mi coño mientras mis manos recorren su torso, para después bajar por su cintura, y seguidamente las estiro hasta su duro culo apretándolo con saña. Un culo sin un solo vello, comparable al de “el David de Miguel ...
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