1. Vacaciones en Cullera


    Fecha: 24/05/2023, Categorías: Infidelidad Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos

    ... piedra y esconder la mano, por tanto, me pone mirando “pa Cuenca” y me la clava por detrás. Yo sigo disfrutando de sus embates, pero no me apetece correrme otra vez, teniendo en cuenta que por la mañana ya lo hice. No pasa mucho tiempo y en pocos minutos está resoplando como un toro y corriéndose dentro de mí.
    
    —Esto sí que ha sido un polvo rápido, —me dice y yo respondo afirmativamente sabiendo que es culpa mía.
    
    A las siete bajo a la playa, pero por las tardes no me apetece tomar el sol y me dedico una hora a caminar. Unas veces voy hacia la playa “El Dosel” y otras hacia el faro. Y por las noches salimos a tomar un mojito a algún chiringuito de playa.
    
    Al día siguiente, a las doce de la noche nos pasamos por uno de ellos que está a pie de playa. Nos acomodan en una de las mesas y pedimos un mojito para mí y un cubata para mi marido, y mientras bebo de la pajita me percato de que Zipi y Zape están unas mesas más hacia allá con un grupo de gente, chicos y chicas. Me doy cuenta de que es Zipi quien está observándome. Yo también me quedo mirándole y me saluda asintiendo. Yo lo que hago es esbozar un amago de sonrisa para no ser descortés. Al parecer, mi observador le hace una sutil señal a su amigo que yo no percibo. Lo sé porque inmediatamente se gira hacia mí y me dedica una sonrisa de oreja a oreja. Yo no sé si devolvérsela o qué, por lo que decido no hacerlo. Mi marido me habla, quizás del trabajo, pero yo no estoy prestando demasiada atención. Escucho su voz, pero ...
    ... no sus palabras. Mi cabeza está más pendiente de Zipi y Zape que de lo que dice. ¿Pero qué es esto? me pregunto, ¿seducción a distancia o atracción animal?
    
    Es Zipi el que, al parecer está interesado por mí, después de su saludo, Zape sigue conversando con su gente. Cada vez que miro hacia allí tengo los ojos de Zipi encima y estoy poniéndome nerviosa porque no sé como gestionar ésta situación. Empiezo a removerme en la silla porque no encuentro una postura que me resulte cómoda. No sé si quiero irme o quedarme. Las miradas se cruzan continuamente y yo tengo que disimular e incluso hacer esfuerzos sobrehumanos para mantener la atención en la conversación, y después de tres cuartos de hora quiero irme. Cuando me levanto advierto lo mareada que estoy después de tres mojitos. Intento no dar un traspié y me cojo a mi esposo. Mientras abandonamos el chiringuito Zipi me clava la mirada, aunque lo que yo querría es que me clavara otra cosa. Estoy caliente, no sé si por los efectos del alcohol o por sentirme deseada por él.
    
    Al llegar al apartamento beso a mi marido y me entrego totalmente. No hay preámbulos, simplemente le desnudo y él hace lo propio. Nos tumbamos en la cama, él se posiciona encima de mí y me la clava de un estacazo. Yo muevo mi pelvis acompasando sus golpes de cadera e inmediatamente una corriente eléctrica baja por mi columna hasta mi coño. Intento no correrme, pero es inútil, las convulsiones se apoderan de mi sexo golpeándome con un explosivo orgasmo. Vuelvo ...
«1234...8»