1. Sumiso de la Señorita R


    Fecha: 23/04/2023, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Legasex, Fuente: CuentoRelatos

    ... el maletero se cerraba se acercó al coche y lo cerró. Aún no había pagado, ni iba a hacerlo todavía, antes iba a dejar a su perro encerrado un tiempo, que esperase y se desesperase.
    
    La señorita R salió del subterráneo contenta. Tenía un perro atrapado en el maletero de su coche. Era un perro grande y seguro que no estaba cómodo, el espacio era reducido y la postura debía a la fuerza ser muy forzado. Vagó sin rumbo por la avenida comercial, mirando escaparates, zapatos, ropa, lencería, más zapatos. Entró en varias tiendas e incluso llegó a comprar alguna cosilla. Cuando notó que empezaba a anochecer decidió que ya era hora de volver y seguir con sus planes. Caminaba tranquila, saboreando el momento, pensando en mí y en cómo lo estaría pasando. Notaba un agradable cosquilleo en su entrepierna y apretó el paso. Cuando llegó al parking y después de pagar dejo las bolsas en el asiento del copiloto y arrancó.
    
    Dentro del maletero yo estaba asustado, había oído como se cerraba el coche dejándome encerrado y no sabía cuánto tiempo llevaba dentro. Mi erección hacía tiempo que había desaparecido y aunque no hacía calor sudaba bastante. Cuando noté que el coche se ponía en marcha en cierto modo respiré aliviado, la sensación de claustrofobia empezaba a ser preocupante y el reducido espacio del habitáculo no le dejaba mucho margen para maniobrar. Había conseguido entrar a duras penas y aunque no era un hombre demasiado grande su casi metro ochenta me obligaba a estar en una ...
    ... postura forzada, al menos el tiempo de estar en el maletero se acababa, tarde o temprano llegarían a su destino.
    
    Era ya de noche cuando la Señorita R aparcaba en su garaje. Vivía en un pequeño pueblo a las afueras de la ciudad, en una casa herencia familiar que había remodelado adecuándola a sus gustos. Se bajó del coche y encendiendo un foco que alumbraba justo el maletero lo abrió, viendo a su sumiso desnudo y desorientado por el potente foco que me daba de lleno.
    
    - Vamos perro, sal del coche.
    
    Cuando sintió que se paraba el coche, yo me retorcí intranquilo, llevaba demasiado tiempo metido en el maletero y me dolían las articulaciones y el foco que le cegó cuando se abrió la puerta no ayudaba demasiado a que su situación mejorase.
    
    - He dicho que salgas, si me haces sacarte será peor, ¡vamos!
    
    Oí una voz, no sabía muy bien de donde, solo sabía que tenía que salir del coche y hacerlo rápido, además, no quería disgustar a su Señora tan pronto. Así pues, salí del coche he intente incorporarme, pero calcule mal las distancias y caí al suelo. Cuando empezaba a acostumbrarme a la luz y a distinguir sombras, esta se apagó. Entonces pude ver a la Señorita R como la diosa que era, majestuosa, altiva y yo arrastrado y humillado a sus pies.
    
    - Bien, vamos a empezar con tu adiestramiento. Lo primero que vas a hacer es ponerte a cuatro patas, como el perro que eres, vas a venir hasta aquí y me vas a dar las gracias por permitirte ser mi perro.
    
    Yo obedecí, era lo que llevaba ...
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