Cómo conocí a vuestra madre - Relatos Eróticos

Cómo conocí a vuestra madre

... enorme adornado por unas anchas caderas era su rasgo más destacado. Era bajita y debía de rondar los 38 o 40 años.

- No te pases Javier, como te dije antes no fue para tanto y seguro que esta señora ya está arrepentida de haberse portado así. Le dije - Y tengo que admitir que quizás yo también me pasé un poco pero es que no me gustó como estaba tratando a Macarena. Esto último lo dije mirándola a los ojos.

- Tranquilo Alex. Esta zorra es demasiada buena abogada como para despedirla y además no sería ético hacerlo por cuestiones sexuales pero no está mal enseñarle quién manda aquí y con quién no debe meterse. Esto último lo enfatizó arreando dos nuevos tortazos más ¡¡Plas,Plas!! y hundiendo aún más su tremenda polla en el culo.

- Dime Javier ¿puedo pedirle un favor a Marta y que lo cumpla con tu consentimiento? Es algo que también atañe al bufete. Le pregunté a mi amigo.

- Alex ya sabes que en esta casa tu palabra vale mucho y ni que decir tiene en mi bufete con las facturas que te paso. Me contestó mientras bajaba un poco el ritmo de la follada para que pudiéramos hablar.

- Marta. Le dije mientras me agachaba en cuclillas poniéndome a la altura de su llorosa cara y levantándola un poco con mi mano. - Me gustaría que me hicieses un favor personal del cual te estaré muy agradecido. Ya has oído la amistad que me une a tu jefe. Ella asintió con la cabeza.

- Quiero que desde hoy no toques ni un pelo de Macarena sexualmente hablando, a menos que ella quiera ...

... claro está, y en el trabajo la tratarás muy bien y le darás las oportunidades que se merezca porque tampoco creo que ella quiera un trato especial pero si es buena déjala demostrarlo. Le expliqué mirándola a los ojos.

- De acuerdo. Me dijo con un susurro.

- ¿Tengo tu palabra? Le volví a preguntar.

- Si. Me contestó ella.

- No te preocupes Alex. Añadió Javier. - Me encargo yo de que la cumpla. Y por Macarena no te preocupes que antes de hoy ya tenía yo muy buenas referencias, laboralmente hablando claro. Dijo riéndose.

Ante la sorpresa de Marta comencé a comerle la boca mientras que con mi mano le limpiaba las lágrimas de sus mejillas, ella respondió a los pocos segundos moviendo la lengua también y por los empujones de Javier también pude comprobar que comenzaba a subir el ritmo de la enculada. Después de un minuto despegué los labios de ella, cosa que me costó un poco tengo que reconocer por lo bien que ella besaba. Pude ver en sus ojos que se había puesto cachonda y que quizás empezaba a disfrutar con la enculada que le estaba proporcionando Javier.

¡¡Joder!! Me ha quedado sabor a sangre en la boca. Le miré mejor la cara y pude comprobar un poco de ella en sus labios.

- ¡¡Joder Javier!! No lo des más tortazos en el culo que tiene sangre de morderse los labios para no gritar. Le dije a mi amigo

- Vale, vale ya paro. Si tú crees suficiente el castigo por mi bien. Me contestó - Además tampoco quiero ponerla en un compromiso con su marido, o si no como le ...