Cómo conocí a vuestra madre - Relatos Eróticos

Cómo conocí a vuestra madre

... lubricado.

Me encanta mi polla (aunque esté mal decirlo), es bonita, larga (22cm),se descapulla con facilidad aunque no estoy operado, con un capullo en forma de champiñón perfecto y gordo, y con un tronco venoso grueso pero no descomunal como para dar miedo a las tías. Tengo también unos huevos muy proporcionados y redonditos y siempre voy depilado, ano,huevos y polla.

Hundí la cabeza de mi polla en ese culazo y noté un pequeño estremecimiento en ella, pero la golfa de la rubia seguía sin dejarla expresarse, no dejaba que apartara ni un milímetro su boca de su peludo coño.

Dejé que se hicieran amigos mi capullo y el ano rosadito, y cuando así lo hicieron hundí como una estaca toda mi polla en ese culazo que me estaba volviendo loco, hasta que mis huevos chocaron con su aún mojado coño.

A pesar de tener la boca llena de coño y de pelos rubios, mi diosa lanzó un largo gruñido y debió de parar de chupar porque la rubia zorra me miró con cara de enfado por primera vez desde que convertí su dúo en trío.

-¡¡Sigue chupando puta!!. Le gritó mientras tirándole del pelo le levantó la cara para escupir en ella y volviendo a tirar de ella hacia su coño. - Y tú gilipollas, no tenías otro culo donde meter la polla? Me preguntó enfadada.

Después supe el por qué la trataba así, pero en ese momento odié a esa zorra rubia por tratar así a mi nueva diosa de la que aún no conocía ni su nombre ni su cara. La miré con desdén y me prometí que se lo haría pagar duro.

Cuando ...

... ella volvió al trabajo de seguir chupando y lamiendo el peludo coño, la zorra rubia dejó de molestar para volver a gemir y yo inicié un lento mete saca para ir acostumbrando al ano de mi polla y a mi polla de ese precioso culo, estrechamente delicioso. Me agarré bien a sus poderosas caderas y comencé a subir el ritmo de la follada. Supe inmediatamente que no tardaría en correrme, a lo excitado que estaba por la morbosa situación se unía el estrangulamiento que su culo ejercía en mi polla, parecía una mano apretándome el nabo.

Y de pronto cambiaron las tornas y ahora era claramente ella quien me estaba follando a mi, no sólo porque noté como cerraba los músculos del ano aprisionando mi polla aún más sino porque sentía como empujaba hacia atrás sus cuartos traseros produciéndose un morboso sonido "¡¡plas, plas, plas!!" cuando se hundía hasta el fondo mi polla en su culo y mis huevos volaban chocando con su coño.

"No puedo más", pensé. Estaba apunto de correrme y no quería prolongarlo más, deseaba hacerlo. Se la saqué y su culo se quejó con un ¡¡Poff!! como cuando descorchas una botella de champán.

Salí pitando hasta colocarme junto a la cabeza de la tetona rubia, quería vengarme por haber sido tan brusca con mi diosa morena.

- Abre la boca zorra y chúpamela. Le ordené.

Le apoyé la cabeza en sus labios y apreté hasta que abrió la boca y se la engulló entera. Le agarré la cabeza y el pelo por detrás para que estuviera más cómoda o eso era lo que yo quería que pensara. ...