1. La última casada decente


    Fecha: 14/03/2023, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Kiko, Fuente: CuentoRelatos

    ... coños, no.
    
    Le metió dos dedos dentro del coño, y acariciando su punto G le lamió el clítoris de abajo a arriba. Nieves cerró los ojos, puso las manos en la nuca, giro la cabeza hacia el lado izquierdo y le dijo:
    
    -Ni yo de que me lo coman.
    
    Pasado un tiempo dejó de lamer su clítoris, y le dijo:
    
    -Sigue jugando tú con la perlita.
    
    Nieves puso dos dedos sobre el clítoris y lo frotó haciendo círculos... Al rato, con los dedos de Fermín frotando su punto G sintió cómo el coño se le encharcaba. Frotó el clítoris a mil por hora y se corrió eyaculando cómo un hombre. Al orgasmo vaginal se unió otro "made in the clit" y casi se muere de placer, sus gemidos parecían ladridos de perra. Por un instante se sintió desfallecer con el inmenso placer que recorría su cuerpo.
    
    Al acabar de correrse Fidel lamió su coño y tragó los últimos jugos de las tremendas corridas. Nieves le dijo:
    
    -Eres increíble, Fidel.
    
    Le dio la vuelta, la puso a cuatro patas, la cogió por la cintura y le comió el culo, con lamidas y besos negros... Nieves volvió a acariciar el clítoris cuando le frotó la polla en el ojete, ojete que se abría y se cerraba ...
    ... esperando ser penetrado, pero el culo tuvo que esperar. La polla entró cómo un torpedo dentro de su coño, y comenzó una follada épica. Le dio cómo un conejo, cómo un lobo, a toda hostia, sin parar. Nieves no tardo en correrse. Fidel sentía cómo se corría en su polla, pero no paraba, le siguió dando. El coño salpicaba los jugos de la corrida cada vez que la polla llegaba al fondo. Nieves estaba atómica, sí atómica, ya que en la segunda corrida sintió dentro del coño una explosión que casi la derrumba sobre la cama. No se derrumbó porque Fidel le echó las manos a las tetas y le siguió dándole a mazo. Aquello no era una polla, era un taladro. En segundos grito como una coneja y se corrió por tercera vez. Fidel sudando cómo un cerdo se corrió y le llenó el coño de leche.
    
    Al acabar tiraba Fidel del aliento y tiraba Nieves. Tuvieron que descansar, luego él fumó un cigarrillo mientras Nuria se la volvía a levantar mamando cómo solo ella sabía mamar. Fue una mañana inolvidable.
    
    Por la tarde la llevó al aeropuerto y Nieves volvió a casa, allí la esperaba su marido, que decía de su mujer que era "La última casada decente".
    
    Quique. 
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