1. Mi esposa me pidió un pepino


    Fecha: 17/01/2023, Categorías: Confesiones Autor: MarcoLiterario, Fuente: CuentoRelatos

    ... méteme la verga por favor- ella montada sobre mí, tomó mi verga y la restregó en su panocha, jugosa, mojada y se la metió de un solo sentón y soltó un gemido agudo. Yo sentía que no iba aguantar, estaba demasiado excitado, sentía que en cualquier momento me iba a venir.
    
    La veía darse sus sentones, con una mano se sacó las tetas del babydoll y se las empezó a amasar, sus pezones se veían duros; y con la otra mano se estaba tocando el clítoris, yo sentía como sus jugos recorrían mis huevos hinchados por el momento, ella seguía matándose sola, de arriba abajo y luego de atrás para delante, yo apretaba mis puños y encogía los dedos de los pies. El rechinar de la cama sonaba como nunca, pegaba la cabecera en la pared, el sonido del colchón, el entrar y salir de mi verga sonaba, todo en el ambiente era excitante.
    
    Ella paro y dijo ahora cógeme tú, cógeme de a perrito, méteme la verga como quieras, trátame como quieras, dime lo quieras. No tarde en ponerme detrás de ella, le veía como tenia mojado todo alrededor de la vagina, los jugos le llegaban hasta cubrir las nalgas, como si se las hubiera aceitado. Tome mi verga, la ensalivé un poco y de una sola estocada se la metí, ella se retorcía como gata, mis huevos pegaban en su panocha con el vaivén, me gustaba la vista que tenia de sus pinches nalgotas rebotando en mi verga, parecía como sus nalgotas aplaudieran, estuve, así como por 3 minutos, hasta que pare porque no iba aguantar, se volteó bocarriba, y me dijo: - no pares, no ...
    ... ahora que estoy a punto de llegar-.
    
    Yo más motivado le puse una almohada por debajo de la cadera y le metí la verga, la metía como pinche desesperado, con uno de mis pulgares empecé a sobarle el clítoris, y ella con gemidos combinados como si quisiera llorar, decía: -no pares, no pares, ya me voy a venir, sigue, sigue. Yo le daba unas estocadas fuertes, cuando sentí en mi estómago algo caliente, vi sus piernas hacer pequeños espasmos, veía como salían fluidos de su panocha. Seguí cogiéndomela hasta que sentí que yo también me iba a venir, ella gemía y decía que venía otro orgasmo, así que acelere cuando no aguante más, le saque la verga y me empecé a masturbar como pinche desesperado en la entrada de su panocha, pero ya tenía mucho acumulado desde la mañana, el trabajo, el metro y avente gotas de semen hasta sus tetas, llene la entrada de su panocha de mi leche. Yo estaba exhausto, lo dos estábamos sudados, me recosté a un lado de ella.
    
    Ella me empezó a besar y me empezó a jalar la verga para exprimirme hasta la última gota de semen, me masturbaba y se limpiaba la mano con su lengua, se acercó a mi oído y me dijo: -oye, todavía tengo ganitas, y si te traes del refri un pepino y le seguimos-. ¡Pum!, me saque de onda, solo le dije: -¿neta, un pepino? Te lo traigo, pero no te me vayas a echar para atrás-. Me pare, corrí al refri, elegí el pepino más grande que había como de unos 24 cm y casi tan grueso como una lata de cocacola, lo enjuague rápido, elegí uno con la cascara ...
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