1. Mi esposa me pidió un pepino


    Fecha: 17/01/2023, Categorías: Confesiones Autor: MarcoLiterario, Fuente: CuentoRelatos

    ... mi casa como por eso de las 8:00 de la noche, vi a mi esposa en la cocina, calentando la comida, me le acerqué por detrás, la abracé y le di un beso en la mejilla. Fui a lavarme las manos, en eso mi esposa gritó: -ya está servido, ándale, apúrate o se te va a enfriar-. Me senté, hablamos lo de siempre de cómo me fue en el trabajo, que era lo que había hecho, etc. Le pregunté por nuestra hija, y dijo que habían ido mis suegros de visita y se la habían llevado, sólo asentí con la cabeza. Ella se levantó, se fue a la habitación y yo terminé de comer y me dirigí a la sala a ver un poco de televisión, a ver si había alguna película buena.
    
    Después de unos 25 minutos escuché que mi esposa se acercaba, pero se me hizo raro que escuchaba pasos de tacones, volteé y allí estaba ella tan sensual, tan sexy, tan curvy. Yo me quedé estupefacto, con la boca abierta, la mire de arriba abajo y ella con unos tacones negros, su 1.60 de estatura paso a ser de 1.70, con unas medias de red que llegan a media pierna, un liguero que hace que resalten lo poco soleado de sus piernas claras y carnosas, una tanga negra como de encaje que no dejaba mucho a la imaginación, un babydoll tipo corset de color negro, ajustado, se le veía una figura tan sexy; el baby hacía que las tetas se le juntaran y se le subieran, de por si mi esposa es tetona, es 34 C, pues parecía aún más tetona de lo normal, el contraste de color era tan impresionante, un baby negro con unas tetas carnosas y claras; su cabello negro, ...
    ... largo, alborotado y ondulado le llegaba a tapar por debajo de ese par de cosotas, sus labios pintados de un color rojo intenso y brilloso, ojos pintados de color oscuro, ahumados. Yo juraba que me habían cambiado a mi esposa por una pornostar. De inmediato me pare del sillón y me le aventé, ella me decía: - tranquilo, cálmate, hay que disfrutar y aprovechar el tiempo.
    
    Me tomó de la mano y nos fuimos al cuarto, yo le veía como se le movían ese par de nalgotas con cada paso, veía como le rebotaban al caminar, parecía que las veía en cámara lenta. Entramos a la recamara y empujo a la cama, se montó y me empezó a besar, yo ni tonto, ni perezoso la comencé a acariciar la espalda hasta bajar a las nalgas; se las estrujaba, se sentían frescas, carnosas, suaves, moldeables.
    
    Empezó a bajar su mano para ayudarme a quitar la playera, me recostó y me desabotonó el pantalón, yo me quité los tenis ayudándome de mis pies. Me bajo el cierre y quito el pantalón. Ella agachada me acaricio por encima del bóxer, me miro y dijo: -¡ay!, mira quien está despierto para jugar, ¡uyy!, a tiempo para que se nos una a la fiesta- me empezó a bajar el bóxer lentamente y a darme besitos y lengüetadas por debajo del ombligo. Yo me sentía desesperado, ya quería tener acción. Ella logro bajar por completo el bóxer y mi verga brinco como mástil, la cabeza era roja y brillosa, parecía un pinche hongo, me palpitaba muy cabrón, se me puso tiesa, tiesa.
    
    Sentía como se iba acercando, su respiración caliente ...
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