1. Mi esposa me pidió un pepino


    Fecha: 17/01/2023, Categorías: Confesiones Autor: MarcoLiterario, Fuente: CuentoRelatos

    ... llantitas y me asomé para decirle, cuando vi, ella estaba en su silla, agachándose para quitarse las zapatillas y se le notaban como se le colgaban ese par de tetotas, hasta estrías se le veían de lo grandes que las tenía, su bra de encaje negro con vivos rojos hacían que resaltaran más, pero me limite a comentarle y regrese a mi lugar de trabajo.
    
    Parecía que el universo quería que todo el día estuviera con la verga parada. Por suerte termino la jornada laboral, eran como las 6:30 pm, guarde mis proyectos, apagué mi compu, tome mis cosas y me fui a despedir de mi jefa, ella se puso de pie, medio me tomo el hombro, me acercó a ella, sentí su par de lolas, se sentían tan suaves y carnosas; me dio un beso en la mejilla, que más que beso solo es como si chocaras pómulo con pómulo y un beso al aire, me dijo: - Hasta el lunes, que descanses, bonito fin de semana- lo decía como con una voz aguda y más a fuerza que de ganas. Salí de la oficina y una vez más, andaba con una erección.
    
    Llegue a la estación del metro potrero y esperando el metro para abordarlo en dirección indios verdes, llegó, se abrieron las puertas y comenzó el empujadero de gente para ganar un espacio en el vagón, ya una vez adentro, frente a mí, una señora como de unos 45 años, parecía secretaria, bajita como de 1.60 m, llenita, con un pantalón de vestir azul marino, entubado, saco del mismo color y camisa blanca, pero por encima de ella alcanzaba ver su escote, no es que yo sea muy alto, mido 1.75 – 1.77 más ...
    ... o menos, pero si alcanzaba a ver como con el movimiento del metro le rebotaban las tetas a la señora, para mi mala suerte, paso de nuevo, comencé a tener una maldita erección, en el momento menos indicado, yo no me podía mover, no había espacio hacia donde hacerse.
    
    La señora sintió que se me estaba parando la verga y volteo y me miro como de arriba abajo, primero como diciendo: - no mames, neta? Pinche cochino- pero después me miro como diciendo: - está bien, te voy a dar chance, no estás tan mal- entonces, la señora como que empezó a mover la cadera al ritmo del movimiento del metro.
    
    Yo me quedé súper pendejo, sacado de onda, sentía como sus nalgas se tallaban en mi verga, sentía como se me ponía más dura; la señora se empeña en sentirla. Para mi mala suerte llegamos a indios verdes y yo aun con esa madre bien parada y por si fuera poco, la señora, antes de bajar me la agarra, sonríe y se pierde con la gente. Solo me puse la mochila enfrente y caminé hasta el lugar donde se encontraba la combi que va rumbo a mi casa.
    
    Subí a la combi, saqué mi celular de la mochila y le envié un mensaje a mi esposa: “ya voy en camino, estoy ya en la combi, puedes ir viendo lo de la comida, traigo mucha hambre”. Ella me contesto enseguida: “sí, en unos 20 minutos la empiezo a calentar, deja que termine de depilarme tu postre”. En ese momento, me sorprendí, alcé mis cejas, tape mi boca con la mano y me emocione; la gente se me quedo viendo por el movimiento brusco que hice.
    
    Llegué a ...
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