1. Plantando la bandera.


    Fecha: 15/12/2022, Categorías: Voyerismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... precio.
    
    - Vaya, pues no sabe cómo se lo agradezco.
    
    - Otra cosa: no se lo recomiendo para cenar, es un plato muy contundente. Mejor al mediodía.
    
    - Bueno, quizás sí lo compartiera… ¿no le apetecería a usted cenar conmigo? es lo menos que puedo hacer después del buen consejo que me ha dado…
    
    Vaya, vaya… así que no se anda con chiquitas. Directo al grano ¿eh?... pensó Pilar.
    
    La verdad es que la situación la estaba poniendo muy cachonda. Un hombre desnudo, posiblemente haciendo esfuerzos para no empalmarse, hablando educadamente con ella como si estuvieran en una cafetería, pidiéndole una cita. No esperaba tanto de su primera incursión en una zona nudista pensó divertida…Se sentó en la toalla y separó las rodillas, apoyando los codos sobre ellas.
    
    Su coñito quedó expuesto aunque en la sombra. Un leve gesto del hombre le indicó que el movimiento no le había pasado desapercibido. Casi se sintió orgullosa de como mantenía el temple, pese a que jamás se había visto antes en una situación parecida. Se daba cuenta que estaba jugando con él, y eso…le gustaba…
    
    - Lo siento, estoy ocupada esta noche, pero se lo agradezco.
    
    - Es una lástima. Pero cuando lo pruebe pensaré en usted. Y por favor… tutéeme…me llamo Rafael.
    
    Ella sonrió y asintió con la cabeza.
    
    - Yo soy Pilar…
    
    - Bueno, pues gracias por la información Pilar. Me vuelvo para mi apartamento. Encantado de conocerte.
    
    Apenas hubo dado unos pasos, Pilar sintió un impulso.
    
    - Rafael…
    
    - ¿Si?
    
    - Si ...
    ... vas a estar unos días por aquí, quizás nos encontremos. A lo mejor una copa sí que puede ser…
    
    - Sería genial…
    
    El rostro del hombre se iluminó. Giró en dirección a las urbanizaciones. Unos metros más allá se paró y se puso el bañador. Aun volvió un par de veces la cabeza hacia Pilar.
    
    Esta, se recreó unos minutos más, solazándose en la toalla y dando tiempo a que el hombre se perdiera de vista. Sentía palpitar sus entrañas y un desasosiego que conocía bien. Miró disimuladamente entre sus piernas cruzadas y vio una mancha de flujo que mojaba la toalla. Un hilito brillante como una tela de araña al sol, surgía de los labios que cerraban el acceso a su vagina.
    
    De repente le entró prisa por irse. Quería llegar pronto al apartamento. Estaba ansiosa por darse una buena ducha con agua tibia, tomarse una cerveza bien fría y meterse en la cama un rato antes de comer. Conmemoraría cada detalle, cada momento de lo sucedido. Se acariciaría recordando al hombre desnudo frente a ella, viendo de nuevo su verga, consciente de estar totalmente expuesta a su mirada, con el morbo de mantener una conversación aparentemente formal en esa situación…si, necesitaba correrse, realmente todo esto la había puesto muy cachonda. Y si pensaba en un nuevo encuentro, quizá casual, aún más. No desdeñó la posibilidad de ir hasta el final con este hombre. De hecho, si no lo veía por el paseo, más adelante volvería a la cala, segura de que él la buscaría allí.
    
    Se colocó el pareo y recogió sus ...
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