1. Plantando la bandera.


    Fecha: 15/12/2022, Categorías: Voyerismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... levantara.
    
    Deshizo el nudo del pareo y este cayó a sus pies, dejándola solo con el tanga. El simple hecho de notar directamente el sol en sus pechos los hizo repuntar, endureciéndose los pezones. Cuando se agachó a recoger el pareo y ponerlo en su bolso de playa, ambas tetas colgaron ingrávidas. Era consciente (y más en esa posición), de que el fino hilo del tanga desaparecía entre sus glúteos, mostrando su culo casi igual que si estuviera totalmente desnudo.
    
    No necesitó mirar a su alrededor para saber que los tres hombres la observaban.
    
    Tras ordenar sus cosas, se quedó un momento de pie, dubitativa. El plan original consistía en quedarse un rato en tanga y luego disimuladamente, como quien no quiere la cosa, desprenderse de él tumbada en la toalla. Que los demás supieran de su desnudez, pero enseñando poco o nada. En fin, actuar muy lentamente para ser el primer día y también para ir acostumbrando el cuerpo y su mente. Lo dicho, estar pero sin enseñar demasiado.
    
    Más adelante sería más descarada.
    
    Sin embargo, sintió un impulso. Estaba allí de pie con solo un minúsculo trozo de tela cubriéndole su pubis, rodeada por gente desconocida y sintiendo las miradas que se clavaban en su cuerpo y entonces, tuvo un arrebato. Sin pensarlo, se desprendió también del tanga.
    
    Permaneció erguida con él en la mano, apretando fuerte y mirando hacia el mar, consciente de estar en público y como su madre la trajo al mundo.
    
    La última barrera, la última muralla, formada por sus ...
    ... tabúes propios o inducidos, había caído.
    
    Era su particular muro de Berlín. Con su derrumbe, había roto ya también con una vida anodina e insulsa; con una existencia agobiante donde ella era poco más que un adorno, una comparsa o el complemento de otros. Ahora se sentía protagonista. Expuesta e inquieta y un poco asustada, pero también viva y eufórica, dueña de su propio destino, sea este el que fuera.
    
    Se giró hacia el interior, mostrándose sin recato, plantando la bandera y aunque un poco nerviosa, se demoró en tomar asiento en la toalla.
    
    Sí, aquí estoy. Miradme, no soy una chavalita, pero me conservo bien. Sé que mis redondeces os gustan: he conseguido captar nuestra atención y despertar vuestro deseo…Aquí he llegado y aquí me quedo. Este es mi sitio, no me iré a ningún otro lado…
    
    Pequeños calambres la recorrieron. Igualmente notó un suave cosquilleo en su entrepierna.
    
    Decidió que ya había llamado bastante la atención y se sentó sobre la toalla. Tomó el bote de crema y echándola sobre la palma de su mano, comenzó a extenderla, dándose un masaje por sus hombros, cuello y pechos, que respondieron rápidamente a la caricia. Cuándo bajó al vientre, el cosquilleo aumentó. Especialmente cuando frotó su depilado pubis.
    
    Le hubiera gustado acariciarse más íntimamente, pero evidentemente no era plan de hacerlo allí a la vista de todos, así que sus manos recorrieron las piernas en un lento suave y metódico masaje, mientras se ponía la crema protectora.
    
    Conforme sus ...
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