1. La mujer del vecino


    Fecha: 26/11/2022, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... que ni perdono ni olvido, qué le voy a hacer-, así que tras meditarlo unos días resolví desquitarme follándome a su mujer y convirtiéndolo en un cornudo.
    
    Hago aquí un inciso para señalar que José, además de fanfarrón, ese el prototipo de muchos hombres de su época: machista, asiduo de los bares, de las partidas con sus amigotes, bocazas - más de una vez en la barra del bar situado debajo mismo de nuestro portal lo oí presumir de tal o cual furcia que se había follado en un puticlub de la zona-, malencarado además de con los vecinos con su mujer – nunca lo había visto hablar con ella sin emplear un tono autoritario y suficiente-. Ella, como para su desgracia otras muchas mujeres de su generación, creció en el franquismo, en el adoctrinamiento social y religioso de que al hombre y sobre todo al marido hay que consentirle y obedecerle, y además al no haber trabajado nunca y carecer de sustento económico propio me imagino que su situación se agravaba. Como además como dije no era una mujer joven ni especialmente agraciada supuse que con buenas palabras y malas tretas no tardaría en caer en mis brazos, y ciertamente así fue.
    
    Comencé por estudiar sus horarios, sus rutinas, para planear que nuestros primeros encuentros fueran casuales. Averigüé así que era asidua a determinado hipermercado para hacer la compra, casi siempre a media mañana, al que acudía en autobús por no conducir. Así pues el primer día decidí abordarla allí en un día lluvioso. Me aposté en una cafetería ...
    ... situada enfrente del portal de nuestro edificio, y mientras trabajaba con el ordenador portátil y atendía a los clientes por teléfono no lo perdía de vista. Nada más la vi salir y constaté que en efecto cogía el bus la seguí hasta el interior del centro comercial y allí, tras coger vino y llamar a mi mujer diciéndole que tenía una comida de trabajo y no iría a casa hasta la tarde –ella sin sospechar me contestó que aprovecharía para ir con el niño en casa de sus padres, para que los abuelos disfrutasen del nieto- me hice el encontradizo con la vecina.
    
    - Hola Clara, que sorpresa tan agradable
    
    Ella pareció gratamente sorprendida, habida cuenta de la sonrisa que espontáneamente mostró y de su respuesta
    
    - Oh, Daniel, buenos días, yo también me alegro de verte
    
    Tras unos comentarios banales- que si vaya día lluvioso, que si compras aquí también, etcétera- proseguimos cada uno nuestro camino. Yo pagué mi compra y esperé a que ella saliera y se encaminara a la parada del autobús bajo la lluvia e imposibilitada de abrir el paraguas al ir cargada con las bolsas para detener mi auto a su altura junto a la acera y decirle
    
    - Venga, sube que te acerco
    
    Ella dudó un instante y me dijo
    
    - Muchas gracias, pero no quiero molestarte
    
    - No es molestia, no seas tonta que te vas a mojar toda
    
    Clara aceptó por fin, subió rápidamente al coche, dejó las bolsas en la parte trasera y mientras yo arrancaba bajo el aguacero y ella se acomodaba me dijo
    
    - Ay Daniel, muchas gracias, que ...
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