1. Emma y Juan


    Fecha: 15/06/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... reloj nuevo, como si mereciera un premio por haber estado con él. Éste estaba en medio de una relación complicada y quiso alejarse de la calientapollas gallega que utilizaba la voluptuosidad de sus tetas para recibir favores a cabio Por eso no había tenido nada más con ella ni con su intocable amiga que mediante extorsión tenían cogidos por los huevos a buena parte del claustro y del alumnado de la universidad
    
    Así que, rodeado de estudiantes salidos con el único propósito de celebrar fin de exámenes y mojar todo lo posible, se encontraba Juan trantando de disimular un calentón que tantas chiquillas le estaban produciendo. Daba igual donde mirase pues su mirada se dirigía como un imán hacia los cientos de escotes y culos prominentes. Él había perdido a sus amigos caundo volvía de mear, momento en el que se topó con Inés y Leticia, que al tiempo se fueron a por más bebida, y de repente se vio solo entre la multitud, cachonda por el alcohol y la música electrolatina.
    
    Este tipo de música tenía muchos detractores, inexplicablemente de acuerdo con el protagonista, dado que era la música más sensual y abiertamente sexual que existía. Las mujeres que sabían perrear como Dios manda. La que más relucía para nuestro don Juan particular, actualmente sortero, era Emma, una alumna de Erasmus de Inglaterra que acudía a su mismo curso y que corría como una loca hambrienta de experiencias, dejando a su paso un reguero de miradas babeantes centradas en los vuelos de su ...
    ... falda.
    
    Adentrándose en el gentío y sudoroso por las horas de fiesta continuada y el calor, se dispuso a encontrarse con la erasmus, a quien creía haber visto antes lo más cerca del escenario de Dj's. Sabía que a partir de ahora ya no iba a poder escuchar ninguna conversación salida de tono, práctica que solía realizar cuando salía a cazar coñitos, como él los llamaba, pero la expectativa de ver el culo de Emma superó su reticencia. Sabía que le gustaba de verdad una chica cuando la acompañaba a las fiestas más ruidosas, que a él le provocaban dolor de cabeza, a no ser, claro está, que creyera tener oportunidades con alguna chiquilla. Al encontrarla, se acercó con la intención de calentar el ya de por sí sofocante ambiente, ocultando unos intereses que él creía solo suyos:
    
    —¿Te lo estás pasando bien en esta fiesta? —preguntó con una sonrisa bobalicona que él creía muy astuta—. Joder qué borrachera llevo.
    
    —¡¡Sí, fiesta!! ¡I really love shots!Quieres bebershots? ¿Conmigo?
    
    —Solo si me das un beso a cambio —terminó diciendo—.Only for a kiss, you and me.
    
    La insaciable Erasmus, que tenía una fama muy merecida de buscona e incluso se rumoreaba que también salía con chicas, inexplicamente accedió, pegando un grito y contoneándose con unos saltitos jugetones. Para Juan era como una de esas conejitas de Playboy: extremadamente sexy, con su aire de putilla, pero con un comportamiento pueril e inocente propio de una niña que está entrando en la madurez. Disimulando nuevamente una erección, ...
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