1. Y pensar que a algunos les gusta


    Fecha: 30/09/2022, Categorías: Infidelidad Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos

    ... algo?”
    
    -“Estoy bien, simplemente cada día me duele más lo que te hice”
    
    Con Benjamín establecimos tempranamente una relación muy cercana. Mis brazos eran sus preferidos aun frente a su madre, y era muy común que se durmiera acostado conmigo con su cabeza en el hueco de mi axila izquierda. Ya con algo más del año una noche después de cenar, mirando dibujos animados en el televisor, ocurrió lo esperable, se quedó dormido en mientras lo tenía abrazado. Su madre, que jamás trasgredió la regla de no entrar a mi pieza, desde la puerta me pidió si podía llevarlo a su cama. Cuando miré hacia donde estaba vi la cara triste de una persona abatida que se esforzaba para mantenerse en pie.
    
    Acomodé la criatura sobre la almohada, fui hasta ella, le tomé una mano haciéndola entrar y la abracé. Estuvo varios minutos llorando sobre mi hombro, recibiendo mis caricias en la espalda y besos en la frente y las mejillas. Cuando se calmó y levantó la cabeza nuestros labios y lenguas reanudaron la dulce tarea interrumpida dos ...
    ... años atrás. La acosté a los pies del niño y mi boca se dedicó a saborear su cuerpo desde el cuello hasta la entrepierna con el resultado de dos orgasmos que la dejaron inerte. Las palabras recién brotaron cuando se repuso.
    
    -“No voy a durar ni dos minutos dentro hasta correrme”
    
    -“No importa ya gocé más que suficiente, entrá hasta el final y dejame sentir la fértil descarga que me dé un hijo tuyo”.
    
    -“No quiero reemplazo para el hijo que ya tengo”.
    
    -“Entonces hagamos una nena”.
    
    Tomé sus piernas, llevando las rodillas a tocar los hombros. Ella agarró mi pija y la puso justo para entrar.
    
    -“Mi vida, haceme tuya nuevamente”.
    
    El ingreso fue lento, disfrutando cada milímetro que recorría, gozando de las contracciones vaginales con que ella me acompañaba, mientras sus palabras resonaban en mi oído dándome una bienvenida tanto tiempo esperada. Cuando empecé los latidos de la corrida me ciñó con brazos y piernas diciendo en voz alta.
    
    -“Gracias Dios mío por devolverme el amor que nunca debí perder” 
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