1. Las carnes de la tía


    Fecha: 16/08/2022, Categorías: Incesto Autor: nachoARG, Fuente: CuentoRelatos

    ... un pueblo diminuto sin nada que hacer y dos viejas con ánimos de velorio no eran mis vacaciones ideales. Pero el dolor de mamá hizo que no le pueda decir que no. Me preparé la valija con unas cuantas mudas de ropa, la Playstation con pocas esperanzas de que haya internet en el pueblucho y me acosté a dormir pensando que al otro día empezaba la semana más larga y aburrida de mi vida. Que equivocado estaba…
    
    A las 7 sonó la alarma de mi celular y mamá me estaba esperando en el comedor con una taza de café, unas tostadas y la valija preparada. A las 8 ya estábamos en la autopista rumbo a la casa de la tía Norma. El viaje duró dos horas y mamá no paró de contarme anécdotas de su adolescencia con su hermana. Según ella, la tía Norma a pesar de no ser una mujer despampanante, tenía un éxito abrumador con los jóvenes de la época y había tenido más novios de los que ella había tenido jamás. Con sueño y de mal humor no paré de escuchar a mi madre tratando de descubrir el secreto de la tía con los hombres en su juventud y pidiéndome mi opinión.
    
    Poco me importaba el tema, así que mientras mamá estaba ocupada en sus recuerdos, manejé lo más rápido que pude para llegar a la casa de la tía. Después de dos horas de viaje, estacionamos en la puerta de la carnicería “Las carnes de Norma”. El nombre me dio gracia en mi picaresca manía de encontrarle el doble sentido a todo. De la casa vecina salió una mujer que nada se parecía a la tía que había conocido aquella navidad a mis 15 ...
    ... años.
    
    Todavía tenía el pelo castaño oscuro, pero con unos rubios y brillosos reflejos dorados de peluquería que le sacaban algunos años. Los grandes ojos verde oscuro seguían teniendo esa intensidad que recordaba, pero esta vez, estaban delineados cuidadosamente acompañados de un labial rojo oscuro en sus carnosos labios. Pero su rostro no era nada en comparación con los cambios de su cuerpo. Había adelgazado mínimo 10 kg, su cintura de avispa estaba seguida de sus grandes, pero formadas nalgas y una remera algo escotada dejaban ver poco menos de la mitad de dos enormes tetas, obviamente adquiridas en un quirófano. Mamá quedo más anonadada que yo al ver los cambios que había sufrido su hermana.
    
    -¡Norma! Sos vos? Volviste a nacer querida.
    
    -Jaja ¿Viste hermanita? Es maravilloso lo que pueden hacer algo de entrenamiento y un buen cirujano.
    
    -¡Guau! Te felicito. Siento mucho lo de Rubén, Normita. Yo no lo veía hace unos cuantos años, pero vos eras mucho más cercana. Vivía acá a unas cuadras
    
    -¡Ay si Clau! Estoy destrozada. Pero bueno, estaba muy enfermo y ya estaba sufriendo un montón. A veces es preferible que dejen de sufrir. ¡Ay, pero no me digas que él es Ramiro! –me miró llevándose las manos a la cara sorprendida y casi se echó a correr para abrazarme.
    
    -Hola, tía, tanto tiempo –le dije mientras me abrazaba y me apoyaba en el pecho los duros y firmes implantes. La dureza en mi verga no se hizo esperar, pero el jean que llevaba puesto me ayudó a que no se ...
«1234...10»