1. La historia de Ángel, solo era un muchacho (37)


    Fecha: 11/08/2022, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... meterme tres dedos.
    
    -¡Ahhh! papi, me vas a romper el culo. -él me miraba admirándome, sabía que le gustaba todo lo que veía y ahora me trataba con delicadeza, pasando las rudas manos por toda mi piel en tiernas caricias como si fuera su mascota más querida.
    
    Elevé un poco la cabeza, girada para verle como me pasaba la dura verga por toda mi raja.
    
    -Aún te sale leche nena, te dejé bien preñada. -y sin más apunto la polla y empezó a entrar en mi, lo hacía lentamente sin lastimarme y al poco tiempo estaba totalmente en mi interior.
    
    -¡Ayyy! Papi, ahora que bien lo has hecho, te siento en el estómago. -gemía de puro gusto con esa verga en el fondo de mi cuerpo y hasta lloraba de gozo. ¡Oh! era maravilloso.
    
    Empezó a moverse, con lentitud, incrementando paulatinamente la velocidad y deteniéndose en el momento oportuno para alargar el momento de placer, abría más las piernas para que entrara con más facilidad.
    
    Yo solo gemía, sollozaba, y giré la cara para tenerla enterrada en la ropa y evitar los gritos que salían de mi garganta, se inclinó sobre mi teniéndome muy clavado y se sujetó de mis hombros, curvándome la espalda para arreciar en sus embestidas, me tenía dominado y totalmente sujeto a su voluntad, gozando sus gemidos profundos y roncos de macho, su respiración violenta en mi nuca.
    
    Sentía la humedad del sudor de su pecho en mi espalda, y como hacía inhumana fuerza, para clavarse más sin poder hacerlo, en el supremo instante en que empecé a sentir los ...
    ... temblores de su verga en mi vientre, y comencé a recibir los disparos de leche de mi macho.
    
    Centré todos mis sentidos para notar como se corría abundantemente llenándome de semen, y sin necesidad de estimularme la polla, yo también convulsioné corriéndome cuando aún mi dueño no había terminado de vaciarse.
    
    No sabía cuanto tiempo había transcurrido cuando me llevó al baño en sus brazos, y me limpió como si fuera su niña querida o el objeto más preciado que tuviera.
    
    La ranchera corría con alguna dificultad, venciendo la fuerza del viento que soplaba ferozmente, y Eliseo se esforzaba en ver dentro de aquel mar de copos, brillantes por la luz de los faros, que se estrellaban en el parabrisas.
    
    Fue al llegar a la carretera principal cuando, más tranquilo en aquella vía más ancha y segura, comenzó a hablar.
    
    -Ya sabes como va a ser a partir de ahora, serás mi mujercita, mi hembra siempre que te necesite y quiera usarte…, podrás seguir follando con tu doctor, por supuesto y…, ¿Marcos?… Es un buen chico, discreto, y no irá pregonando lo que vea o haga, permitiré que te tenga alguna vez, además a ti te gusta como te folla por que lo que pude ver. -se detuvo un momento de hablar, y por la brillante luz del tablero de instrumentos vi como cerraba con fuerza los puños sobre el volante.
    
    -Cuando lo hagáis será en mi casa, no quiero que os sorprendan como yo he hecho, guardaréis las formas para que los jornaleros y el personal de servicio no piensen que le ponéis los cuernos a mi ...
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