1. La historia de Ángel, solo era un muchacho (37)


    Fecha: 11/08/2022, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... he dicho que me chupes los huevos putito, intenta meterte los dos a la vez. -me dolía el cuero cabelludo porque no me soltaba, y me dirigía tirando de él llevándome a sus duros y negros huevos, para pasármelos por todos los lados de la cara, manchándome con nuestros flujos, cuando me soltó empecé a pasar la lengua por sus duros cojones, primero uno y luego el otro, lo hice repetidas veces hasta que abrí la boca y delicadamente empecé a tomar uno y otro entre mis labios.
    
    -Así, muy bien, lo haces divino, que buen maestro ha sido mi sobrino. -volvió a cogerme la cabeza con una mano, apretándome contra sus huevos mientras temblaba.
    
    -Eres muy joven y también muy entendido, te habrás comido muchas vergas para llegar a esto, ¡Ahhh! sí, así nena, ahora los dos, los quiero en tu boquita. -tuve que esforzarme al máximo para comerle los dos testículos sin hacerle daño. Solamente los sentía en mi boca y podía moverlos con dificultad.
    
    -¿Te gustan los cojones de tu papi? ¿Cuáles te saben mejor putito? ¿Son más ricos que los de Pablo, eh? Sí, chúpalos mariconcito. -se le sentía muy excitado y veía a vez como su poderosa polla volvía a coger la dureza de la piedra, y yo chupaba sin cesar rodeándole los huevos con la lengua y apretando sin causarle daño.
    
    -¡Ohh! Cómo te gusta, quién es mejor de los dos. -no lo nombraba pero sabía a quien se refería, era como un concurso, una competición que mantuviera con su sobrino para ser el mejor, el que más placer me diera.
    
    -Tu papi, tu ...
    ... eres el mejor y me sabes más rico. -se reía complacido.
    
    -Él será bueno algún día, ahora todavía es un niño y yo te enseñare para que seas una buena hembra para él. -ya era un gruñir de placer lo que salía de su boca y de la verga le salía un manantial de líquidos que escurrían, dejé reposar los huevos sin que me lo pidiera y volví a meterme la verga en la boca para que el néctar no se perdiera entre los pelos, la masturbaba a la vez que le chupaba la cabeza.
    
    -Tu papi, tu sabes tratarme, sabes lo que necesito, un macho como tu lo eres para mi.
    
    -Sabía que terminarías por entenderlo putito, te ha costado darte cuenta de quien es tu macho. -miraba su cara que cambiaba a medida que su verga iba desapareciendo en mi boca, luego la sacaba para pasarle los labios a lo largo de toda ella y volver a cerrarlos atrapando su dulce glande rojo y gigante.
    
    Mi macho estaba temblando, con la verga durísima y caliente, suave como la seda, y era un placer sentirla deslizándose por mi boca y garganta, sacó los dedos con los que me daba placer en el culo y me sujetó la cabeza para retirarme la polla.
    
    -No te muevas nenita, voy a perforarte el culito así como estas. -obediente le miré como se levantaba, con su imponente cuerpo de virilidad plena, apoyé el pecho y la cara en la cama y elevé el culito un poco más abriéndome las piernas.
    
    Se colocó a mi espalda y me azotó con suavidad las nalgas.
    
    -¡Qué culito tan divino, es hermoso. -pasó las manos por toda la raya y me abrió para ...
«1234...7»