1. La historia de Ángel, solo era un muchacho (37)


    Fecha: 11/08/2022, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    Jamás pensé que los gruñidos varoniles de un macho al penetrarme me excitaran tanto, ni que la fuerza que una gran verga empujando para abrirse camino en mi vientre me hiciera sentir tan a gusto. Mi sorpresa era tanta que mi boca lo expresaba abriéndose en forma de O y con la cabeza hacía atrás, los ojos cerrados, disfrutaba los latigazos de semen que Eliseo me iba dejando muy adentro.
    
    Permaneció quieto, solo temblaba, mientras los últimos chorros de leche le salían de la verga, y podía sentirla moverse dentro de mi en sus postreros estertores, luego me aplastó con el cuerpo posado sobre el mío, respirando con dificultad, y me hablaba al oido señalando que era muy puto y estaba muy bueno, y que resultaba fabuloso follarme, hasta que la polla fue perdiendo consistencia y empezó a salir de mi culo.
    
    Rendidos, al menos yo lo estaba, permanecimos tirados en la cama, Eliseo de hallaba a mi lado tendido boca abajo, con la cabeza girada mirando mi perfil y con su enorme brazo sobre mi pecho sin dejar que me moviera. Mi respirar violento hacía que el pecho se me hinchara y los negros vellos de su axila me hacían cosquillas en la tetilla de ese lado.
    
    Aún no sabía como tomar aquella situación y dejé escapar una pequeña risa, más que nada por las cosquillas que me hacía involuntariamente erectándome el pezón.
    
    -¿Te ríes, te ha parecido gracioso? -dentro de su brusquedad percibí cierto regocijo que se confirmo por la sonrisa que me dirigía.
    
    -Es que me haces cosquillas, ...
    ... solamente eso. -no dejaba de mira mi perfil y por el rabillo del ojo yo también le observaba atentamente.
    
    -Realmente eres muy guapo, un bonito chico. -y apretó el brazo protegiendo su propiedad y cortándome la respiración.
    
    -Tienes que llevarme a casa, Victoria y don Mateo se preocuparan al ver que llego tarde.
    
    -No te preocupes a doña Victoria sabré tranquilizarla, déjamelo a mi, y no creo que el hombre se preocupe tanto. -se colocó de costado mirándome, apoyado sobre el codo de su brazo derecho.
    
    -Además aún no hemos terminado, vas a mamarme los huevos hasta que la verga se me ponga dura otra vez. -le miré con tremenda sorpresa, pensaba que había tenido suficiente.
    
    Sin hablar, no tenía otra opción, me arrodillé para que Eliseo me sujetara del pelo y me llevara la cara a su verga, como si tuviera urgencias cuando hacía unos instantes no aparentaba tener prisa alguna. Quedé inclinado sobre sus partes viriles y con el culo elevado, y mientras con una mano me sujetaba del pelo, la otra la llevó a mi trasero para acariciarlo y meterme los dedos.
    
    Tiraba con brusquedad de mi cabello causándome dolor, queriendo que acerca la boca a su verga llena de jugos de la anterior follada.
    
    Estaba flácida y reposaba sobre el abdomen, con los pelos del mismo pegados al tronco, con la lengua fui limpiando todos los restos de líquidos seminales, los suyos y los míos y me los tragaba. Metí su polla en la boca, toda ella, estando aún floja y Eliseo me tiró del pelo sacándomela.
    
    -Te ...
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