1. Alejandro dice que me ama


    Fecha: 07/08/2022, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... de tirantes y yo me pongo la de color pastel, las compró ayer mi mamá iguales con diferente color, y nos va a comprar más porque es compradora compulsiva.
    
    Nos reímos, fuimos a darnos una ducha rápida a mi baño. Entramos juntos para aprovechar el tocarnos, pues nos gustábamos, esa era la verdad. Nos vestimos y salimos a la calle.
    
    Salíamos a las 7 de casa, yo con mi mochila más pequeña para poner el iPhone y la billetera. Teníamos una hora si no descansábamos hasta la cala nudista. Pero no íbamos a apretar mucho con una noche casi sin dormir. Alejandro dejó su móvil en mi mochila. No puse toalla para que no pesara. En un restaurante, ya cerca de donde íbamos, entramos a tomar desayuno. A mí me gustan los huevos fritos con chorizo, patatas a lo pobre con pimiento. Alejandro quiso lo mismo. Pedí una copa de vino y una botella de agua. Alejandro prefirió cerveza. Al final nos llevamos dos botellas de agua de medio litro. Seguimos despacio, viendo el litoral y la urbanización hasta bajar a la cala. Había un espacio de arena pequeño el resto es piedra. Nos desnudamos y a tomar el sol matutino hasta que entraran ganas de ir al agua. Aún no había nadie por allí más que nosotros dos. Cuando nos levantamos para ir al agua, parados en la orilla, dejando que las olas nos acariciaran los pies, Alejandro tomó mi pene con sus manos, hice lo mismo y mientras cada uno acariciaba las bolas y la polla del otro la emprendimos con un magistral beso. ¡Qué agradable es la boca de Alejandro! ...
    ... ¡Qué calor emite su lengua! Así estuvimos un largo rato y luego nos masturbamos mirando al mar. Escuchamos por detrás nuestro un «Guten Morgen» muy fuerte y grave, nos volvimos, contestamos del mismo modo, era un tío ya maduro y nos sentamos en la orilla para pasar la calentura. Baño y regreso a casa. Subimos la cuesta desnudos y arriba ya estábamos secos, nos vestimos y por el mismo camino a casa.
    
    Casi en casa sonó el móvil de Alejandro, atendió la llamada, era su padre desde Asunción para interesarse por él. Aprovechó para a continuación llamar a su madre y decirle que había hablado con su padre y luego le contó todo con pelos y señales excepto el sueño y nuestros juegos sexuales, incluso que habíamos dormido juntos, también le contó que veníamos de una cala nudista. Me pasó el móvil y saludé a mi tía. Ella me dio muchos besos de palabra y me dijo:
    
    — No me malogres a Alejandro que es mi tesoro.
    
    — Pero, tía, si me ha dicho esta mañana que está enamorado de mí, —y me puse a reír.
    
    — Tú eres mayor, cuídalo.
    
    — ¡Ay, si supieras tía!, hala, muchos besos.
    
    Le di el móvil a Alejandro y se despidieron.
    
    Estábamos a la mesa comiendo los cuatro. Mi padre nos preguntó hasta donde habíamos llegado en nuestra carrera de la mañana. Se lo dije y Alejandro intentó decir lo nuestro, pero me puse a hablar del barco. Mi padre me dijo:
    
    — Si te va bien y te gusta tendremos que comprar un barco; siempre es más económico que una novia.
    
    Mi madre le espetó:
    
    — Calla, no le ...
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