1. Alejandro dice que me ama


    Fecha: 07/08/2022, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... enseguida, solo voy a ponerme algo…
    
    — No, no, no te vayas, tengo miedo…
    
    Me quedé un rato hasta que se le fuera el temblor.
    
    — Tengo frío.
    
    Le cobijé con la sábana mientras le decía:
    
    — Hace mucha calor, pero como has sudado, el sudor se ha enfriado, pero no pasa nada, ya estás calmándote.
    
    Estuve un rato más y le dije:
    
    — Ya estás mejor; yo me voy y tú duermes.
    
    — No te vayas, por favor, acuéstate aquí y duerme conmigo para que no sueñe tan mal.
    
    Me metí en la cama del todo, sin taparme con la sábana. No hacía frío pero comenzó a refrescar, eran ya las cuatro. Alejandro daba vueltas y tuvo dos golpes de malos sueños y tuve que tocarle para que despertara.
    
    — ¿No quieres abrigarte con la sábana?, —me preguntó.
    
    — Pues sí, mejor sí, porque refresca…, —le contesté.
    
    Me levantó la sábana y entré. Ya no dormimos más; se abrazó a mí y comenzó a contarme el sueño. Él iba en avión con su padre y ardió el avión y todo el tiempo se estaba cayendo la aeronave al mar y siempre quemándole los pies. Lo abracé y sin darme cuenta estuvimos muy juntos y mi polla tocaba su muslo. Alejandro llevaba puesto su bóxer.
    
    — ¿Eso es tuyo?
    
    — ¿El qué?
    
    — Esto que toco junto a mí pierna…
    
    Sentí el tacto y le dije:
    
    — He venido rápido y no me he puesto nada, quería ir pero no me has dejado, —argumenté lo que sonaba a excusa.
    
    No dejó tranquila mi polla y se me puso dura. Le metí la mano dentro del bóxer y le acaricié la suya. Al poco rato:
    
    — ¿Me dejas?, ...
    ... —preguntó.
    
    — ¿El qué?, —me hice el gallego.
    
    — Que te la chupe..., —me contestó a la madrileña.
    
    — ¿Lo hacemos a la vez?, —pregunté
    
    — ¡Vale!
    
    Me puse sobre él, me di la vuelta, le saqué el bóxer y de inmediato nos pusimos a mamar polla. Parecía una competición, comenzó a entrar luz conforme iba clareando el alba y nos dimos prisa. Por los movimientos de sus piernas noté que Alejandro ya estaba a punto y no saqué su polla de mi boca hasta que descargó toda su lefa, la mayor parte la tragué y tenía buen sabor, un salado agridulce. Ya no pude aguantar más y me corrí violentamente en su boca. Me moví, puse mi cara junto a la suya. La luz del amanecer ya nos permitía vernos y nos besamos, le crucé la lengua para darle algo de su semen, su boca olía a mi semen y me hizo estimar más a mi primo. Destapados y con las pollas ya erectas de nuevo mirábamos al techo medio con satisfacción y medio con un palmo de vergüenza.
    
    — Janpaul…
    
    — ¿Qué?
    
    — Yo te amo, —declaró Alejandro.
    
    — Claro que sí, somos primos y, al menos yo, no tengo otro…
    
    — No, Janpaul, no, ¡yo te amo!
    
    — Te digo que sí, que yo también.
    
    — Que no, Janpaul, que no, lo que te digo es que me gustas, me gustas para mí, no solo te quiero como primo, te amo. Desde tu cumpleaños lo he pensado mucho... te deseo para mí y me gustaría que tú...
    
    — ¿Te amará también…?
    
    — Eso mismo.
    
    — Pues, ahora, saca de tu maleta una pantaloneta y zapatillas y nos vamos a correr.
    
    — ¿Y camiseta?
    
    — Yo te regaló una verde ...
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