1. Delicia 1 descubrimiento


    Fecha: 26/10/2021, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: roman fons, Fuente: RelatosEróticos

    ... gustos sexueles. Reconoció ser sumisa/ejecutora, que le dieran órdenes y sentirse esclava . Dijo que tuvo varias experiencias lesbicas con compañeras de la Uni. Compartían piso y solía dormir con ellas. - Ya me entiendes, un poco de jaja jiji y luego a dormir- añadió.
    
    Cuando me tocó, confesé mis debilidades. Hacer realidad mis fantasias para mí es primordial. Trios, orgias, intercambios, mismos sexos, vicio, jovencitas -me lanzó un beso-, perversión -se mordió el labio superios-, tiritos... -respiró profundo-
    
    -Joder tio! Que pasada de hombre! Y has hecho todo eso. Que te dió más placer- preguntó sin pestañear
    
    -Todo
    
    Me la jugué añadiendo – Pero me daría mucho más repetirlo contigo.Se le pusieron los ojos como platos al oir el recetario básico de mis fantasias.
    
    Ella me confesó que le gustaba ser observada.
    
    -Algo exibicionista, vaya – remató abanicandose con la falda mirando fijamente al caballero de enfrente quien al verle las bragas dió un respingo y derramó el cortado en la corbata.
    
    Me contó que le excitaban las escaleras mecánicas. Que tenía una fantasía recurrente que le gustaria realizar alguna vez. Añadió que quizá podría acompañarla con una cámara oculta y relató Estaba en las escaleras mecánicas del Cor... unos grandes almacenes. Llevaba detrás tres señores de tu edad más o menos, me gustan maduros, visitantes de la feria serían porque les colgaba del cuello el mísmo carnet. Aceleré el paso subiendo ocho escalones, separé algo las piernas tiré de ...
    ... la minifalda acia arriba para que dejara ver mejor el culo y incliné acia delante sin coblar las piernas para tocarme un zapato. Quedé inmovil hasta que acabó la escalera. A paso lento les esperé hasta quedar a mi altura. - Disculpen,lLa zapatería saben donde está-.les pregunté sabiendo que no conocian los almacenes, pero entendieron el mensage.
    
    En la planta superior y después de comprobar que me habían segudido por las escaleras mecánicas, en la que repetí la flexión con rebote esta vez, estaba la zapatería. Doblando un pasillo me despojé del tanga. Le dí varias vueltas a la goma hasta que quedó como una pulsera. Lo colgé de mi muñeca. Ya en la sección cogí varios zapatos al tuntún y me senté frente al típico espejo de siempre. No tardaron en revolotear los tres visitantes. Fuí poniendo y sacando, levantandome y paseando frente al espejo inclinado, que a su vez sirve de taburete para la dependienta. Cambié de lado. Habia dos taburetes espejo uno junto al otro.
    
    Al ponerme en pié veía mi coño mojado en el espejo y les veía a ellos entre mis piernas. Sentí un bombazo y un corro cayó a la moqueta. El zapato que acababa de coger se soltó de mi mano y esparció el charco. Me doblé para coger el zapato ofreciendo la mejor fotografía de un coño encharcado que jamás verán los tres tenores.
    
    Unos no me entraban pero a piernas cruzadas y separadas y bien abiertas simulaba mirar como quedaban. El espejo hacía mis delícias, y las suyas. Me levanté y busqué más modelos. Ellos iban ...