1. Ella sólo quería bailar


    Fecha: 28/09/2021, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... encontraríamos con Kevin. Y, dependiendo de lo que allí se acordara, nos dirigiríamos al evento o a la habitación. Ese era su idea original.
    
    Tal como estaba previsto, llegamos al hotel y nos acomodamos en la habitación, comprobando que la cama y el mobiliario se ajustaban a la posibilidad de jugar e interactuar de variadas maneras. Estando allí, ella le llamó para saber por dónde iba. Cuando le contestó, él le indicó que ya estaba en la recepción, así que me dijo, ya llegó, voy a encontrarlo. ¿Nos encontramos en el restaurante? Si, le contesté. Ella salió y yo me quedé, haciendo tiempo para encontrarles después de un rato. Me tardé en bajar, dándoles tiempo para que se encontraran, se reconocieran y se familiarizaran el uno con el otro antes de que yo llegara.
    
    Cuando llegué al restaurante les encontré acomodados en una mesa, ubicada discretamente detrás de una pared divisoria, protegida de la vista de otros comensales. No había mucha gente, pero aquel lugar estaba ideal, lejos de la curiosidad de la gente. Al verlos, ella procedió a presentarme de inmediato. Mira, Kevin, él es mi marido. Hola, dije yo estirando mi mano para saludarlo, Fernando. ¿Cómo estás? Kevin, me dijo, estrechando fuertemente su mano con la mía. Bien, gracias. ¿Llegó fácil? Si, me dijo.
    
    Bueno… ¿y valió la pena? ¿Cómo así? dijo. Pues, ya está aquí, ya la conoció personalmente… entonces, pregunto, ¿valió la pena? Creo que sí, respondió. Y burlonamente pregunté, ¿Y de qué depende que esté ...
    ... totalmente seguro? No, de nada. Fue mi manera de responder, dijo. Okey, dije, pensé que tenía algún reclamo. No, contestó. Bueno, ¿ya pidieron? pregunté, desviando la conversación. No, te estábamos esperando. Yo quiero algo ligero. Con una crema de cebolla me conformaría, dije. Ella pidió una trucha y él, una crema de espárragos. ¿Y de beber? Habíamos pedido vino, “Dubonnet”. Sí, me parece, dije. ¿Y el Kevin si bebe vino? pregunté. Sí, a veces, respondió él.
    
    Me causó curiosidad que, cuando llegué a la mesa, ellos estaban frente a frente y tenían sus manos entrelazadas sobre la mesa. Parecían pareja. Y, para ese momento, sin yo saberlo, el plan ya había cambiado. Cuando ella bajó a encontrarle, vio en el ascensor una publicidad que anunciaba la disponibilidad de una discoteca en alguno de los pisos del hotel y consideró que era mejor ir allí después de comer, quizá un lugar más discreto que la sala donde se iba a realizar la fiesta, beber algo, y de allí subir a la habitación si las cosas con aquel pintaban bien.
    
    La estancia en el restaurante duró lo que gastamos en consumir la botella de vino. Fue algo más bien rápido. Kevin había procurado arreglarse bien para impresionar favorablemente a la dama y olía bastante bien, así que supuse que aquello había empezado de buena manera. Conversamos sobre cosas triviales, pero en ningún momento hicimos referencia al motivo que nos convocaba para ese encuentro, de modo que todo transcurría aparentemente normal. Cuando terminamos de comer, ...
«1234...7»