1. Mi mejor amiga se convirtió en mi amante (Parte I)


    Fecha: 28/09/2021, Categorías: Confesiones Autor: Donni, Fuente: CuentoRelatos

    ... el cuerpo de Mari, sus esfínteres se contrajeron fuertemente causándome un intenso placer.
    
    -Ven Mari, te lo quiero hacer en la cocina. –le dije mientras sacaba mi verga de su culo y la llevaba hasta la mesa.
    
    Mari, sumisa obedeció a mi petición y se recostó sobre la mesa. Tiramos todo al piso para hacer lugar. Acerqué las caderas de Mari a la orilla de la mesa y me dispuse a penetrarla de pie. Sus pechos brincaban al ritmo de mis penetraciones. Justo cuando Mari anunció su orgasmo con esos movimientos y gemidos característicos bajé hasta su vagina y la devoré con mi lengua mientras mis dedos hurgaban en su clítoris y mi otra mano la penetraba en la vagina.
    
    Un segundo orgasmo intenso estremeció a Mari, esta vez con un chorro de un fluido transparente que expulsó con fuerza desde su vulva. Sus piernas temblaban y Mari respiraba tan agitada como una atleta.
    
    Ella se sentó sobre la mesa y luego de besarme apasionadamente. Se bajó para arrodillarse y devorar mi verga nuevamente.
    
    -Si sigues así harás que acabe –le advertí para que se preparara.
    
    -Yo quiero que lo hagas –dijo mientras engullía salvajemente mi verga. Sacudía su cabeza de adelante hacia atrás tragando mi verga hasta donde le era posible.
    
    No ...
    ... tardó más de 2 minutos con esa habilidosa mamada y estallé en un intenso orgasmo que desembocó en su garganta y su lengua. Mi verga se hinchaba descomunalmente en rítmicos espasmos que expulsaban gran cantidad de semen en su boca. Por un momento creí que esto le disgustaría, para mi sorpresa, Mari me miraba a los ojos, mientras sonreía morbosamente y sacaba su lengua cargada de borbollones de semen para mostrarme como se saboreaba mis fluidos para luego, de un solo trago, alimentarse con todo mi semen.
    
    Mari y yo nos dirigimos a su habitación, nos recostamos en su cama, sudorosos y exhaustos. Nos acariciábamos mientras nuestros cuerpos reunían fuerzas para poder seguir follando.
    
    -Te quiero –dijo Mari sonrojada por el esfuerzo, mirándome tiernamente a los ojos
    
    -Te quiero –respondí besándole la frente y acariciando sus pechos.
    
    Ambos nos reímos y nos abrazamos fuertemente.
    
    De repente escuchamos la puerta de su casa abrirse, unos pasos recorrieron el pasillo hasta su sala y luego escuchamos la voz de su madre sorprendida al ver el desorden de la sala y la cocina
    
    -¡Santo cielo! ¿Pero qué pasó aquí?...
    
    Pero eso ya es para otro capítulo que les contaré luego.
    
    Espero que os haya gustado.
    
    Con cariño, Donni. 
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