1. Mi mejor amiga se convirtió en mi amante (Parte I)


    Fecha: 28/09/2021, Categorías: Confesiones Autor: Donni, Fuente: CuentoRelatos

    ... concentrara.
    
    -Mari, ¿podrías quedarte quieta un instante muchachita? ¡Pareces una niña! –le decía mientras la picoteaba con mis dedos en la cintura haciéndole cosquillas.
    
    -Jaja, no puedo, tú ya sabes como soy –su rostro era una ternura al verla sonreír con sus ojos vidriosos y rojizos por el llanto. Sus últimas lágrimas se desprendían de sus ojos y rodaban por sus mejillas ahora sonrientes mientras se carcajeaba por las cosquillas.
    
    Luego la dejé tranquila, ella se estiró en el sofá como quien se despierta por la mañana y se acurrucó de nuevo sobre mis piernas. Comencé a juguetear con su oreja, la acariciaba para luego bajar mi dedo deslizándolo suavemente hasta su cuello. Acariciaba su cabello acomodándolo, masajeaba su cuello y sus hombros como pretendiendo que se relajara.
    
    María llevaba puesta una de esas blusas cuyas mangas se sujetan en sus brazos pero no cubren sus hombros, dejando un fácil acceso a su espalda y sus pechos tanto para mi vista como para mis manos. Ya les comenté la confianza que teníamos entre nosotros, así que de manera pícara y traviesa comencé a acariciar su espalda metiendo mi mano bajo su blusa. Ella no se oponía, ocasionalmente cerraba los ojos suavemente como quien disfruta placenteramente de una sensación y luego los abría para disimular viendo la película.
    
    Ya no me importaba la trama, estaba concentrado en la suavidad y calidez de su piel. La acariciaba con lujuria pero a la vez con ternura. Mis dedos descendieron por su ...
    ... espalda hasta el broche de su sostén y comencé mi intento por desabrocharlo lentamente, cómo tratando de que no se diese cuenta, sarcásticamente, ya que obviamente ella lo sabía.
    
    Luego de un par minutos sin tener éxito en mi maniobra María soltó una carcajada.
    
    -¿Ves lo que te digo?, los hombres son unos tontos, no podrían desabrochar un sostén ni aunque tuvieran un manual enfrente
    
    -¿Crees que no puedo? Ya te voy a enseñar para que dejes de compararme con los demás –metí mi mano descaradamente en su blusa y con un movimiento rápido desabroché su sostén.
    
    -¡AH! ¡NO! –gritó María sorprendida entre carcajadas mientras mantenía las copas en su sitio con sus manos.– pensé que no podrías –decía mientras reía medio apenada.
    
    De manera torpe trataba de abrochárselo nuevamente con una mano mientras sostenía sus pechos con la otra. Yo me carcajeaba burlándome de ella.
    
    -Creí que eras más lista que un hombre, no podrías abrochar un sostén ni aunque tuvieras un manual en frente.
    
    -Jaja, cállate, eres un tonto, ayúdame a abrocharlo –dijo dándome la espalda y acomodando su largo cabello por un costado hacia adelante.
    
    No pude resistirme al ver sus voluminosos glúteos frente a mí. Acaricié sus hombros desnudos y bajé por su espalda. Tomé su blusa y se la bajé hasta la cintura suave y lentamente. Ella no se opuso. Abroché su sostén, acaricié su espalda cerca de sus costillas deslizándolas por su tallada cintura hasta llegar a su blusa, la tomé y la subí colocándosela ...
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