1. Mi mejor amiga se convirtió en mi amante (Parte I)


    Fecha: 28/09/2021, Categorías: Confesiones Autor: Donni, Fuente: CuentoRelatos

    ... nuevamente.
    
    Noté un repentino y agitado suspiro cuando le acomodé la blusa en sus pechos. Le di una suave palmada en esos glúteos que temblaron sutilmente.
    
    -¡Listo! –le dije sonriendo y luego me senté de nuevo en el sofá.
    
    -¡Gracias! –dijo. Ella me miró con una mirada pícara, sonrió y se acomodó igual que antes.
    
    Continué hurgando entre su blusa como lo estaba haciendo, acariciándola y provocándola cuanto pudiese. Su respiración se aceleraba, silenciosos y sutiles gemidos se escapaban de su boca. Mi verga se había endurecido como una roca. Sentía la cabeza de Mari sobre mi erección palpitante. Ella lo disfrutaba, era obvio que lo sentía y yo la dejaba disfrutar.
    
    De repente la excitación superó su razón. Levantó su cabeza de mi pelvis y volteándose boca abajo dijo
    
    -¡Ay, qué incomodo! Que traes allí… –mientras llevaba su mano hasta el cierre de mi pantalón para desabrocharlo descubriendo mí miembro.
    
    Mi verga se incorporó creciendo libremente a su máxima longitud (unos 19 cm) y grosor (unos 18 cm de diámetro). Mari abrió sus ojos y su boca, poniendo una expresión de asombro.
    
    -¡Madre mía! ¡Donni… estás… tan…! ¡Wow! Tiene tantas venas –decía curiosa inspeccionando mi pene como si estuviese descubriendo algo.
    
    -¡Oye! ¿Qué haces?, si no compra no toque –dije bromeando mientras trataba de guardar mi pene.
    
    -No, ¡espera! Quiero ver –dijo mientras sonreía.
    
    Su mano comenzó a acariciar mi verga de arriba hacia abajo masturbándola. Un glande inflamado y ...
    ... rojizo emergió del prepucio. Mari llevó su boca hasta él y comenzó a lamerlo cual si fuese un helado. Lo saboreaba meticulosamente para luego engullirlo de una bocanada. Su saliva escurría por mis testículos. Abría al máximo su boca tragando mi pene y luego succionaba con fuerza al sacarlo.
    
    Estiré mi mano y comencé a acariciar esos glúteos redondos y prominentes. La nalgueaba fuertemente sacudiéndolos y ella gemía con cada azote. Luego de un rato de mamarla como una experta Mari se puso de pie, me levantó y se puso frente a mí.
    
    Nos miramos a los ojos fijamente, los suyos eran preciosos, jamás los había visto de esa manera. Redondos, color marrón aún vidriosos con sus largas pestañas humectadas por su llanto. Mordía su labio inferior de manera nerviosa, inocente y sensual.
    
    Abracé su piel desnuda, bajo su blusa, por la cintura, apresándola contra mi cuerpo. Sus ojos no dejaban de mirar los míos fijamente hasta que los cerró cuando la besé apasionadamente. Su respiración se agitó instantáneamente, mis manos se deslizaron hasta sus prominentes glúteos apretujándolos de manera apasionada. Un gemido escapó de su boca cuando lo hice. Apretaba esos glúteos con fuerza masajeándolos presionando su pelvis contra mi verga.
    
    Estallamos en un desenfrenado instinto sexual. Le arranqué la blusa, ella mi camisa, nos quitamos la ropa mutuamente de manera apasionada mientras continuábamos comiendo nuestras lenguas en lujuriosos besos. Me arrojó sentándome en el sillón y se montó sobre mí ...