1. Se convirtió en la amante de planta de su jefe


    Fecha: 18/09/2021, Categorías: Infidelidad Autor: dmmexico, Fuente: CuentoRelatos

    ... y se le fue hasta la garganta, era tan copiosa que inclusive algo de su esperma que había salido disparado se le fue por las fosas nasales al no poder retener su leche dentro de la boca, se tragó una buena cantidad, pero mucha resbalo por su barbilla, y por las comisuras de los labios, y salía de su nariz, y siguió jalándosela y chupando la cabeza para intensificar su placer. Justo en ese momento climático, sonó el teléfono, era la esposa del licenciado, él le dijo que contestara, ella quería negarse, pero él se dio la vuelta y camino con los pantalones hasta la rodilla rumbo a su oficina para asearse y reacomodarse el elegante traje de corte ingles, mientras que Sandra con las tetas al aire, la falda hecha un caos alrededor de su cintura, la blusa totalmente fuera de lugar, el sujetador debajo de sus pechos, y la boca y la cara llena de semen procedió a contestar amablemente: “¿diga?”, “Hola Sandra, buenas tardes, soy la señora Eugenia, ¿ya se desocupo mi marido?”. Sandra tenía la voz alterada por la entrecortada respiración tras el esfuerzo final para provocar la venida de su jefe “Buenas tardes señora Eugenia, está por concluir su llamada con la farmacéutica, me dijo que ya baja”.
    
    La esposa engañada, que, como mencione anteriormente era también un cromo de mujer, madura, pero con todo en su lugar, riposto: “Creo que me bajaré a esperarlo en la oficina”. “NO” dijo Sandra. “¿Cómo?”, preguntó la esposa “Ya está saliendo señora”, acotó la amante, y Sandra volteó rumbo a la ...
    ... oficina de su jefe abriendo sus hermosos ojos marrón como platos, tapando la bocina con la mano y diciéndole a su amante que se apresurara, que su esposa quería bajarse a la oficina “muy bien, entonces lo espero, chiquita, parece que estaba haciendo aerobics, ¿qué te pasa?”. La infiel asistente contestó: “es que subí corriendo las escaleras de la oficina ahorita que regresé de comer señora, no pasa nada, muchas gracias”.
    
    El hombre salió de su oficina como nuevo y con una enorme sonrisa en su moreno rostro, le aventó un beso a su asistente y emprendió la huida dejando tras de sí un rastro de su embriagador olor a colonia que trataría de disimular el fuerte olor a sexo que flotaba en el ambiente tras la brutal cogida que le acaba de pegar a su subordinada.
    
    Al salir Rodríguez, Sandra camino hacia el baño, se vio en el espejo y contemplo su rostro medio cubierto de semen que empezaba a resecarse, el cabello alborotado, la fina blusa de seda abierta de par en par, sus pechos por fuera de las copas de su delicado sujetador con los pezones enrojecidos y adoloridos por los tremendos pellizcos que le propino su amante, y ese latido en la labia de su vagina que seguía pulsando tras los poderosos orgasmos que había vivido unos minutos atrás.
    
    Se lavó la cara apresuradamente, trató en lo posible de corregir su cabello normalmente lacio, reluciente, y acomodado cuidadosamente con un fleco al frente, reacomodo sus pechos dentro de las copas de su brassiere cerró su blusa, se fajo, ...