1. Se convirtió en la amante de planta de su jefe


    Fecha: 18/09/2021, Categorías: Infidelidad Autor: dmmexico, Fuente: CuentoRelatos

    ... ella era cada vez más notorio, y sus espasmos demostraban que era presa de una cadena de orgasmos simultáneos, eso alabo su ego masculino y continúo metiéndole y sacándole su arma con enorme vigor ante los gritos pujidos y estertores de la mujer que era ya una muñeca de trapo completamente desguanzada y sin resistencia alguna, le metía la verga y le magreaba las tetas con total libertad, y apretaba y pellizcaba fuertemente sus pezones.
    
    La vagina de Sandra se abría y se cerraba al igual que el esfínter anal descontroladamente, prueba inequívoca que los orgasmos eran completamente legítimos al ser un reflejo involuntario propiciado por el enorme placer que estaba sintiendo.
    
    La mirada de ella bajo hacia sus brazos cruzados, y ahí estaba el reloj, corriendo implacable, ¿y si llegaba la esposa del licenciado y los encontraba cogiendo? O igualmente bochornoso, pero menos peligroso, ¿y si los compañeros de trabajo regresaban a hacer sobremesa a la oficina? Sandra le recordó a su jefe que su esposa debía estar por arribar, y que los compañeros seguramente ya venían en camino, él le dijo: “no me voy a ir sin que me saques la leche hermosa” la soltó, y sacó su verga completamente bañada en los jugos de la hermosa y altiva asistente ejecutiva, ella se levantó de la posición en la que había sido poseída, y bajándose la falda se puso en cuclillas delante de su jefe y su erecto falo llevándoselo a la boca, y diciéndole: “dame tu leche papi, quiero tus mecos en mi boca, dame lechita ...
    ... caliente”, le mamó la cabeza, se metió el tronco hasta la garganta, acariciando su escroto con una mano, y con la otra comenzó a masturbarlo desde la base mientras lo trabajaba con verdadera maestría con su boca y lengua, él, veía esa cara de rasgos fuertes, pero hermosos, y se excitaba aún más “sabía que era una puta golosa” pensó “¿quieres leche putita?”, “sí, dámela” contestó ella sacándose el garrote de carne de la boca, y reasumiendo sus labores felatorias en cuanto termino la frase, intensificando sus caricias sobre los huevos del varón, y la velocidad de su masturbación a aquel pito que le había arrancado varios orgasmos deliciosos.
    
    -Así Sandra, chúpamela toda, comete mi verga, ¿la querías puta, eh, dime que la querías toda?
    
    Una vez más, ella extrajo su pene enhiesto de la oquedad bucal, y relamiéndose los labios como si estuviera degustando miel, dijo coquetamente: “sí, la quería desde que llegue a esta oficina, usted me puede hacer suya cuando usted quiera” y volvió a mamar con devoción, mientras la tensión sexual del licenciado Rodríguez crecía, y crecía, sus piernas temblaron, y ella acelero la mano con la que lo masturbaba, mientras sus labios y lengua se concentraban en el frenillo de su pene, una zona altamente sensible que ella sabía, le produciría las sensaciones correctas para acelerar su erupción “ahhhh, que delicia, siii, chúpamela, huuum ahí viene, ¡ahí te va tu leche gatita, para que te la comas toda!”.
    
    Su eyaculación fue profusa, le lleno la boca ...