1. Se convirtió en la amante de planta de su jefe


    Fecha: 18/09/2021, Categorías: Infidelidad Autor: dmmexico, Fuente: CuentoRelatos

    Sandra se levantó de la cama, sabía que tenía que llegar a trabajar y que ahí, vería una vez más al Licenciado Rodríguez, y esa apostura que lo hacía irresistible para ella, moreno, casi un metro noventa de estatura, rasgos severos y varoniles, coronados con un bigote color negro al igual que su cabello que contrastaban notablemente con sus ojos color verde.
    
    Su varonil voz, y su pausada forma de hablar, le excitaban, se sentía como una jovencita ante la presencia del muchacho que la alborotaba en la escuela secundaria, y, aunque dichos años habían quedado atrás, y ella tenía 29 años, la sola presencia de ese macho encendía sus fantasías más ocultas y excitantes, y aún más, sabiendo que era casado.
    
    Se aprestó a hacer desayuno para sus tres hijas, dos de ellas de un mismo padre, de quien había sido amante y que, coincidentemente también había sido su jefe, y una tercera producto de su primera relación seria con un hombre, cuando ella estaba en la preparatoria y había entregado su amor y su cuerpo por primera vez, a quien en ese entonces era su novio.
    
    Las dos relaciones habían fracasado.
    
    Ahora, Sandra tenía que afrontar la responsabilidad de ser madre soltera, y trabajar y educar a su familia, tras terminar de servir a sus hijas, apresuro el paso, se quitó el pantalón del pants deportivo que utilizaba para dormir, y la delgada blusa que dejaba ver sus generosos pezones para quedar totalmente desnuda frente al espejo.
    
    Para sus adentros, pensó, no está mal, sacudió ...
    ... su larga cabellera negra como la noche que colgaba sensualmente hasta casi la mitad de su blanca espalda, y reviso sus largas piernas, con unos muslos adorables, y largas pantorrillas, sus caderas medianas, y dándose la vuelta, reviso su trasero, que, en lo particular, era lo que menos le agradaba de su figura, aunque, al parecer, a los hombres que habían tenido la suerte de llevarla a la cama les era más que bueno, y lo disfrutaban cuando lo manoseaban, abrían y palmeaban, regresó a la postura frontal, y vio su monte de Venus coronado con un ralo triangulo de vello, que cuidaba acuciosamente cada vez que entraba a la regadera, copo sus pechos que eran lo que más le enorgullecían, grandes, turgentes, pesados, con dos hermosas aureolas amplias en color café claro, y unos pezones café obscuro prominentes y erectos, además de ser extremadamente sensibles, sonrió y giro, retiro la cortina plástica de la ducha, y abrió la regadera, mezclando agua caliente y fría, estiro una de sus largas piernas e ingreso a la regadera para bañarse apresuradamente, debía darse prisa y salir rumbo a la oficina.
    
    Tras el regaderazo, Sandra se puso un juego de lencería blanca, con encaje al frente de una breve tanga que se metía perniciosamente entre sus blancas nalgas de piel tersa, que le ajustaba perfectamente, muy sacada arriba de la cadera, pronunciado su afilado perfil, y alargando sus ya de por si prolongadas extremidades inferiores, mientras que el sujetador era igualmente en color blanco, ...
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