1. De corrida en corrida a la hija se le iba la vida


    Fecha: 18/09/2021, Categorías: Incesto Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... lengua lamió con sutileza el glande del clítoris, con tanta sutileza que lo rozaba muy, muy, lentamente. A cada diminuto rocé sentía los dulces gemidos de su hija. Su verga se fue poniendo dura. Así estuvo largo rato, viendo cómo su hija gemía y apretaba las sábanas con las dos manos. Llegó un momento en que los gemidos y la respiración de Tina le avisaron de que se iba a correr. Apretó la lengua contra el clítoris y lamió de abajo a arriba con rapidez. Tina levantó la pelvis hasta las nubes y volvió a soltar un chorro de meo que le llenó la boca a su padre. Lo estaba echando fuera cuando sintió caer en su boca otro líquido calentito y más espeso. Agustín se tragó toda la corrida de su hija mientras ella se retorcía. Tina quiso romper las sábanas con sus manos y mordió con rabia la almohada. El orgasmo había sido brutal.
    
    Otra vez se quedó cómo muerta. No daba ni tenía, quien tenía, pero un empalme bestial, era Agustín... O metía o reventaba.
    
    Cando Agustín se arrodilló entre sus piernas, la cogió por la cintura y la levantó, (aun con el coño abriéndose y cerrándose) y puso su verga en la entrada de su coño, Tina, le dijo:
    
    -Esto me va a doler, padre.
    
    Agustín, frotó la verga en el coño mojado, luego bajó al ojete y empujó, sin llegar a meterla, Tina le dijo:
    
    -¡Por ahí no, padre!
    
    Siguió frotando la verga contra el coño. La paró enfrente de la vagina, y luego empujó. No entraba. El coño era demasiado estrecho y si se la metía la ...
    ... iba a romper.
    
    Volviéndosela a frotar, le dijo Agustín a su hija:
    
    -Va a ser mejor que me la vuelvas a chupar.
    
    Tina, se puso brava.
    
    -¡Mete, coño!
    
    -Te voy a romper, cariño.
    
    -Rompe .
    
    -¿Estás segura?
    
    -¡Qué rompas, hostias!
    
    Le clavó la punta. Tina volvió a agarrar las sábanas con las dos manos. Apretó los dientes y sus ojos se llenaron de lágrimas, pero no se quejó. Agustín le preguntó:
    
    -¿La quitó?
    
    -No, métela un poquito más... Más... Más...
    
    Agustín se la metió hasta el fondo, y le preguntó:
    
    -¿Te duele mucho, hija?
    
    Vio que estaba llorando, pero su respuesta lo dejo abobado.
    
    -Métela más, padre.
    
    ¡Qué diablos iba a meter si ya la tenía toda dentro del coño! Cómo no le metiera los huevos...
    
    Comenzó a meter y sacar muy, muy despacito, y a Tina, al rato, le empezó a gustar... Metiendo y sacando, y cogiéndola por la cintura, (ahora con un solo brazo) le acarició el clítoris con el dedo pulgar. No tardó en decirle:
    
    -¡¡¡Me cooooorro!!!
    
    Media hora después, ya se corriera tres veces más... Con el coño engrasado, la polla entraba y salía muy apretada, pero les producía un placer inmenso.
    
    Agustín, llegó un momento en que no aguantó más, Tina se lo notó en la cara, y le dijo:
    
    -Lléname el coño de semen, padre. Quiero ser tuya para siempre.
    
    Dicho y hecho, Agustín le llenó el coño de leche a su hija con una de sus corridas de caballo, Tina sintiendo la leche calentita se corrió con su padre.
    
    Quique. 
«12...4567»