¡Qué bueno el lejano oriente! - Relatos Eróticos

¡Qué bueno el lejano oriente!

... ¡Estaban en el lobby…, y cómo! Jim tenía puesta una calza roja. Kyomi una amarilla… Tremendamente ajustadas, tanto… que marcaban perfectamente la raja delantera y el profundo canal entre los glúteos, y Jim un top blanco. El de la hermanita era rojo, llegaba hasta el ombligo, sin cubrirlo. El de Jim apenas tapaba los globos de las tetas, más un tremendo escote en v en el caso de la mayor, donde el ángulo de la ve llegaba hasta más allá de la mitad del globo…, o sea que las tetas estaban prácticamente al aire. Kyomi lucía… y cómo…! un escote tipo “casco de barco” (no tengo la menor idea del nombre) donde, como en un barco, el lugar en que la “quilla”, se hunde profundamente en el agua. En este caso, el “agua” era el canal que separa las tetas, allí donde ponés la pija para una “cubana”. Las calzas no marcaban ninguna bombacha o tanga…, o sea…, o no tenían…, o las tenían metidas en la concha y el orto. ¡Una maravilla!
-¡Ingeniero! ¡Que placer es qué haya aceptado la obra! – Jim habló como la más importante “empresaria”. Se acercaron ambas y me saludaron muy formal y cortésmente. – En la habitación tenemos todos los planos. Acompáñenos por favor.   
	Las seguí. ¡Qué culos, Dios! Entramos al ascensor. Cuando se cerraron las puertas, ambas se lanzaron sobre mí. ¡Besos, abrazos, caricias!
-¿Qué te pareció? ¿Estuve bien?
-¡Muy bien! ¿Pero alguien les va a creer… con esa ropa?
-¡Somos empresarias seductoras…, para que los honorarios sean económicos!
-¡Jajaja! – Las primeras ...

... risas de las encantadoras japonesitas.
	Mis primeros “honorarios” fueron besarlas en la boca, mientras les acariciaba el culo.
-¡Llegamos! ¡A disfrutar!
	Cada una me tomó de la mano. Velozmente entramos al dormitorio. ¡Una suite!
-¡Hey! ¡Qué grande es esto! 
-Papá quiere que la pasemos lo mejor posible. Él no sabe que lo único que nosotras queríamos…
-¡Era una cama bien grande! – Kyomi terminó la frase de la hermana.
	Se lanzaron sobre mi ropa.
-¡Esperen! ¡Esperen! ¡Quiero primero!
-¿Qué te pasa?
-¡Primero quiero desnudarlas yo! Total… hay tan poco para sacar…
-¡Jajaja! – Las preciosas reían a dúo. – Se suave…, no por nosotras… pero la ropa… es tan finita…
-Lo haré con el máximo cuidado. - Bajé “cuidadosamente” la calza de Jim. La tomé de la cintura y mientras bajaba, acariciaba y besaba sus glúteos, sus caderas…, y su ingle.
-¿Te gusta mi chucha? – Jim curvó su cintura, abriendo las piernas, resaltando la entrepierna.
-¡Maravillosa! – Y me dirigí a la hermanita. 
	Igualmente acaricié, lamí y besé a Kyomi mientras bajaba suavemente su calza. Ambas tenían muy hermosos y carnosos labios externos. ¡Ideales para mi gula!
-¡Espectacular! Y veo que se depilaron ambas. – Estaba arrodillado frente a ambas. 
-Sííí…, vimos en algunos videos que las chicas de acá se depilan…, y bueno…, no queremos desentonar…
-¡Tienen grandes planes!
-¡Por supuesto! – Jim confirma mi manifestación.
-¡Cuánto más grandes los “planes” mejor! – Kyomi agrega las motivaciones.
Me erguí para ...