Mamá y las nenas 3 - Relatos Eróticos

Mamá y las nenas 3

... nos dimos cuenta lo bien que lo hacen ustedes. A ella le gusta mucho… y a vos también… Los vimos muy contentos y satisfechos. Mamá nos había dicho que nos fijáramos bien…, para aprender a hacerlo mejor…
-¿Ya habías visto a tu mamá cogiendo?
-No. Nunca. Nunca trajo a nadie a casa, vos fuiste el primero…, por eso creo… que mamá quiere tenerte con nosotras… Las tres disfrutaríamos mucho con vos…
-Si… pero… no me gustaría estar con tu mamá y vos o Miriam… 
Nos acostamos abrazados. Cami se inclinó hacia mí y me besó dulcemente sobre los labios… Entendí que quería decirme algo pero no se animaba.
-¿Sabés una cosa, tesoro? – Di la patada inicial.
-¿Si? ¿Qué cosa?
-¡Te amo con toda mi alma!
-¡YO TAMBIÉN! – Prácticamente lo gritó… - ¡Si! ¡Te lo quería decir! ¡Tenía miedo!
-¡Mi vida! ¡Sos la más hermosa, dulce y cariñosa que he conocido en mí vida! ¡Y he vivido bastante!
	Nos besamos ardientemente.
-¡Vos lo sos! ¡Nadie en el mundo es como vos! – Camila es pura dulzura.
-No digás eso. No lo sabés. Tenés mucho por delante todavía, por eso quiero que seamos totalmente sinceros. No puede haber mentira ni ocultamiento entre nosotros. Vos sabés que estoy con Araceli.
-Si, lo sé. – Parecía triste por eso…
-También amo a Araceli, tanto como a vos, pero de otra manera… 
-Sí… y… no puedo ir a vivir con vos…
-No, es así. Eso no puede ser, sos menor, me pueden acusar de estupro…, que te violo…
-¡Qué me vas a violar! ¡Todo lo que hacemos es porque yo lo quiero!
-Pero… así es la ...

... ley… desgraciadamente…
-Pero cuando tenga 18… si podré… - Camila insistía. – Apenas me falta un año y medio. 
-Si…, es posible…, pero tenés que entender que los años que a mí me quedan son muchos menos que los que vos tenés para vivir…, y pasa esto…
-¿Qué cosa?
-Bueno…, durante 29 años estuve junto a una mujer extraordinaria… 
-¿Mejor que todas nosotras?
-No…, lo sé…, pero la nostalgia de no volver a tener 20 años…, no es posible borrar…, y yo quiero vivir lo que me queda, lo más plenamente posible…
-Claro, lo sé, y no me molesta. Si me amás, lo demás no importa. – Camila me abraza, acaricia y besa. - Te lo digo para que veas que entiendo perfectamente. No soy una nena. Sé que te gusta mamá…, también te gusta Yolanda…, la mamá de Araceli, nada menos…, y también te gusta Miriam! Es así, ¿no? Pero no me importa…
-Por todo eso, justamente, no quiero estar con tu mamá y ustedes…
-¡Pero si estuviste con Miriam y yo! 
-¡No es lo mismo! – Quería terminar con esta conversación. Quería ir a algo más importante. - Pero hay algo que te tiene que importar y saber…, no soy el único hombre en el mundo…
-Para mí si…
-No, no debe ser así. Vas a encontrar alguien que te merezca y te haga feliz, seguro, segurísimo. No podés darle la espalda a eso. 
-No sé si será así…
-Será…, pero… lo que quiero decir es que cuando llegue ese momento…, quiero que me lo digas, inmediatamente. No tienes que dudar… y me pondré contento, no porque alguien pueda robarme mi amor…, sino porque VOS LO ...