los blanquísimos jamones 7 - Relatos Eróticos

los blanquísimos jamones 7

... chupada de labios y clítoris. ¡Cómo siempre estaba exquisita! Romi me acariciaba el cabello. 
-¡Ay Dany! ¡Qué feliz me hacés! ¡Cómo te extrañaba! 
-También te extrañaba mucho, tesoro.
-¿Por qué no me dijiste?
-Es que… no quería interferir. Ya te lo dije.
Yo hablaba entrecortadamente, en los momentos que sus carnes y mi respiración me lo permitía. En realidad trataba de que acabara…, para que se entusiasmara más. Mi profundo deseo es que Romi me llame muchas veces más. Con el pretexto de la “ansiedad” del embarazo no iba a tener problema de coger todas las veces que ella quisiera. Araceli lo aprobaría…, siempre que ella tuviera su diaria satisfacción…, obvio… 
Luego de sus gemidos y exclamaciones durante el orgasmo, me paré y levanté sus piernas sobre mis hombros. Con las piernas verticales, el “paisaje” era genial. Nos veíamos en los espejos y gozábamos – casi podría decir -, por cinco. Ver su magnífico culo, sus espectaculares tetas, todo su cuerpo, por todas partes y desde todos los ángulos, es supremo! 
Puse el glande en la entrada, y la fui metiendo entre sus labios y orientando la pija para acariciar el clítoris… y fui entrando. Romi cerraba los ojos…, sonreía…, y  acomodaba su espalda para recibirme de la mejor forma y comodidad. La pansa quedaba a salvo de apretadas. 
Yo bombeaba, y Romi acompañaba levantado sus caderas. Eso despertó mi deseo por su culo. En un momento puse mis manos bajo sus glúteos levantándola y la saqué de la concha…
-¿Por qué me la sacás? ...

... 
-Quiero dártela por la colita… - Traté de ser “amable”.
-¡Sííí! ¡Sí, dale! ¡Nunca me la metiste! Patri me dijo que es maravilloso como lo hacés!
	Puse una almohada bajo los riñones.
	Acomodamos sus piernas, bien en los hombros. La hermosa florcita del culo fue lubricada por mí con nuestros propios jugos… 
-¿Entrará sin problema?
-Si, sin duda. Cómo no te tenía a vos, me satisfacía con un aparatito, pensando en vos. Así que… el agujerito se pondrá contento de recibir carne real. ¡Jajaja!
Fue sencillo. Primero el glande. Es hermoso ver como la pija va entrando en el culo de Romi… En esa posición y con todas las vistas… ¡parecía que estaba cogiendo a cinco culasos!
Ella gime despacito y sonríe. ¡Está gozando! Estoy penetrando hasta el fondo. Romi me aprieta el choto con el recto y tiembla.
-¡Ay papito! ¡Me  hacés acabar! ¡Qué placer!!!	
Vi como de su vagina salía gran cantidad de flujo, un fabuloso squirt que chorreaba justamente para el ojete, por lo cual había más lubricación. Llegué hasta el fondo. Mis huevos chocaron contra sus glúteos. Yo tenía las manos bajo ellos. Es lo que me permite ver bien la penetración en el culo y la lubricación que generaba la concha. Ella se acariciaba con una mano las tetas y con la otra el clítoris.
Comencé a bombear suavemente. Ella trataba de acompañar…, un poco hacia mí…, otro poco contrayéndose… Su respiración acompañaba los movimientos. No había gemidos, solos suspiros… 
-¿Te acabo adentro?
-¡Si, si! ¡Dale! ¡Nunca me pasó! - ...