El vestido azul - Relatos Eróticos

El vestido azul

... tremenda polla. Me di la vuelta, lo vi como se subía el pantalón al tiempo que recogía su arma de destrucción masiva, empecé a colocarme el vestido por arriba mientras que tenia la bragas por las rodillas, fue entonces cuando sentí como la leche me corría por las piernas hacia abajo, caliente abrasando a su paso, de forma lenta y continua. Tuve que agacharme allí mismo sin dar un paso, antes de subirme mi tanga, y dejar que mi culo aliviara, solté un buen chorreón en el suelo, el chaval que estaba allí presenciando la escena, tuvo la primera muestra de amabilidad, me ofreció un pañuelo y se despidió. Tras secarme un poco y devolver toda la ropa a su sitio, salí del centro comercial, sola claro, aquel par de moros ya se habían ido, ahora ya no tenia miedo a cruzar la calle, de hecho no entré en el hotel, me di un paseo por las cercanías, haciendo sonar mis tacones, pavoneándome como una puta zorra recién follada, que en realidad es como me sentía.