1. DE ENFERMERO A AMANTE INCESTUOSO


    Fecha: 28/05/2021, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... cuenta de que cuidar a una mujer joven y hermosa como mi tía, más que un sacrificio era un placer y además si ella por culpa de la venda de sus ojos no me veía. La experiencia iba a ser muy excitante.
    
    Fui a la cafetería de la clínica, cuando a mi tía ya le había dado la comida, y devoré, con gran apetito, un buen bocadillo de tortilla y una cerveza. Después subí a la habitación y me quedé al lado de la cama de,Anabel, imaginando y tramando un plan para poder aprovecharme de su falta de visión, por el vendaje de sus ojos, para mis fines libidinosos.
    
    Al poco rato mi tía me dijo visiblemente preocupada:
    
    —Iñaki. Tengo ganas de hacer “pipí” y no quiero molestar a la enfermera, pues estará muy ocupada ¿Me puedes acompañar al baño?
    
    —Ahora mismo tía. Ven, bájate con cuidado de la cama. Ponte así las zapatillas ¿Ves que bien? Yo, por encargo de mi madre, voy a estar estos días a tu lado, pues me encuentro de vacaciones de Navidad, como sabes y puedes pedirme lo que quieras.
    
    —Cariño, no te ofendas, pero es que soy mujer y tú un hombre y no me gusta que me veas el chichi, ni las tetas, aunque si no hay otro remedio, a estas alturas me imagino que no serás virgen ¿Verdad, mi amor?
    
    —Por supuesto que no. No debes de verme como un hombre que quiere verte el chochito y las tetas, sino como tu sobrino—le dije aunque la realidad era todo lo contrario.
    
    Cuando puso los pies en el suelo, comprobé que iba sin tanga ya que divisé el vello recortado de su pubis y sentí una ...
    ... erección de caballo. Menos mal que ella no me veía, pues me hubiera resultado difícil disimular el bulto enorme de mi bragueta.
    
    Al caminar cogida de mi mano y delante de mí observé que la bata hospitalaria que se ataba por detrás, no le cubría su culo gordito y sensual y eso me puso más excitado que nunca. No obstante decidí disfrutar de mi dulce misión de atender a esa belleza madura, y me puse a tramar un plan para poder follarme a mi tía, en cuanto me fuera posible.
    
    Entramos al cuarto de baño y la dirigí hacia el inodoro. Se sentó en él y oí el ruido de su micción. Poco después y sonriendo se levantó y le pude ver su sexo sin tapujos, con todo detenimiento, aunque le aseguré que me daba la vuelta para no verla.
    
    —No te vuelvas, Iñaki, ya he asumido que eres mi sobrino, casi como si fueras mi hijo y por eso quiero que me limpies el chochito, con un trozo de papel higiénico. En estas circunstancias en las que me encuentro, sin poder valerme por mi misma, tú eres mis ojos y como tal no tengo inconveniente que me veas en pelotas.
    
    La limpié y como ella me dijo que echaba de menos lavarse el coñito en el bidé, le dije que se sentara y me dispuse a pasar una prueba de fuego muy atractiva, ya que iba al fin a poder tocar y hurgar en la vagina de mi tía.
    
    Cuando le froté y lavé con jabón íntimo su chochito, le hundí hasta dos dedos en la vagina alegando que así se realizaba una higiene más completa. Ella se dejó hacer y yo le fui tocando el clítoris con lo que su excitación ...
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