1. Perversión de una embarazada fumadora


    Fecha: 06/05/2021, Categorías: Hetero Autor: Lucyfer, Fuente: CuentoRelatos

    ... completamente rubricado que el eje del rotor de un helicóptero. La embestía con furia y ganas, explayándome en la contemplación de su expresión de éxtasis total y la de sus tetones agitándose violentamente al ritmo de aquéllas. También su barriga se movía, claro. Más de lo que debe resultar aconsejable para una embarazada con toda seguridad, pero ella no emitía queja ni petición de prudencia alguna al respecto.
    
    En un momento dado me pidió que parase. Pensé que sería para pedirme que fuera más suave, pero no.
    
    -Cambiemos de postura. Tienes que metérmela por el culo ahora. La tienes más pequeña que Sergio y Javi, y además estoy encharcada. Apenas la siento.
    
    >>Tranquilo, no te lo tomes muy a pecho –quiso consolarme al apercibirse de mi expresión-. No tienes un rabo pequeño. Está bastante bien, pero es que el de Javi es enorme, y el de Sergio no le queda muy atrás tampoco. Tengo el coño habituado a esos bates de béisbol. Cualquier cosa que no sea superdotación no me llena, y menos con este charco que tengo dentro.
    
    Asentí comprensivo, levantándome para permitir que ella se colocara en posición. Aprovechó para hacerlo mirando hacia la cabecera (antes había estado transversal a ésta), permitiéndome así arrodillarme tras ella sobre la cama y estar más cómo que antes, inclinado sobre su cuerpo desde fuera. También se colocó el almohadón de bajo el vientre.
    
    -Vamos… de un solo golpe. ¡Reviéntame el culo! Quiero que me lo dejes como un bebedero de patos, dolorido para una ...
    ... semana.
    
    ¡Me sacaba de quicio! Pura enervación. De un único empellón, le di lo que pedía metiéndosela hasta el fondo. Ella respondió con un alarido de dolor que seguro debió despertar a los vecinos, pero no pidió piedad. Al contrario, siguió incitándome y provocándome para que le diera más duro.
    
    -¡¡¡MÁS!!!... ¡¡¡MÁS!!!... ¡¡¡MÁS!!!...
    
    Estaba a punto de perder definitivamente el control. ¿Qué coño era lo que quería? ¿Realmente no tenía límite?
    
    -¡Dame más fuerte, cabrón! ¿Es que no puedes más? Tú no eres un hombre, eres una mierda. ¡¡MARICÓN!!
    
    Le daba cada vez más fuerte, provocando que de vez en cuando su cabeza se estampase contra la cabecera de mimbre, pero seguía sin ser suficiente para ella. Verdaderamente tenía miedo de llegar a provocarle un aborto de seguir arreciando en mis acometidas. En una de éstas, sus brazos vinieron a fallar haciéndole perder el control, y cayó de bruces dando con su cara en la cabecera y provocando que cayéramos sobre su vientre colocado sobre la almohada, soportando éste el peso de los dos.
    
    -¡¿Estás bien?! –me alarmé.
    
    -¡Calla y sigue! –me cortó haciendo fuerza con sus brazos hacia arriba para forzarme a recuperar la posición perdida con la caída.
    
    -¡Vamos, vamos…!
    
    ¡¿Estaba loca?! ¿Era una demente con quien había ido a dar?
    
    -¡¡Vamos!! –volvió a apremiarme.
    
    No es tu hijo –intuía perfectamente mis dudas y temores-. No te importa lo que pueda ocurrirle.
    
    No era solo eso. ¿Qué había de ella? Se supone que una mujer ...