1. Perversión de una embarazada fumadora


    Fecha: 06/05/2021, Categorías: Hetero Autor: Lucyfer, Fuente: CuentoRelatos

    ... antes, otro gin-tónic. Quiero verte bien borracha, como has prometido acabarías hoy.
    
    Rio adorablemente mis palabras.
    
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    Nos morreamos con vicio y ganas en el ascensor mientras éste nos llevaba hasta su planta, la séptima del edificio. Algo podríamos apasionado hasta lo que podríamos llamar ya directamente cerdo, con nuestras babas escando incontenibles de las bocas para derramarse por las barbillas y resbalar cuello abajo. Yo aprovechaba para sobarle con avaricia sus enormes tetas, llegando a liberar una de ellas de la prisión de su escote para devorarla como un león a punto de perecer de hambre pueda devorar una gacela. Ella se limitó a gemir de placer. Ni siquiera nos preocupamos por vigilar cuándo llegábamos al piso de destino y se abría la puerta. De haber habido alguien allí, nos hubiera pillado de lleno. Claro, que tampoco era muy probable que así sucediera a las 2:30 de la mañana.
    
    Le sobé el culo y dedeé después levantándole la falda mientras abría la puerta, agarrándole las tetas a continuación abrazándola por la espalda. Me importaba una mierda el riesgo de que a alguien se le ocurriera asomarse a la mirilla. Ella simplemente reía.
    
    Una vez accedimos a la vivienda y tras cerrar la puerta, nos dirigimos directamente al dormitorio entre ronroneos amorosos del tipo, llegando allá ya con las dos tetas fuera del vestido ella. Ya allí, se separó un momento para dejar el bolso y que yo pudiera hacer lo propio con su abrigo y resto de ...
    ... cosas que llevaba en mi brazo. Fue entonces cuando descubrí la foto en la mesita de noche, en la cual aparecían ambos posando abrazados y muy acaramelados. Me dio cierto bajón en ese momento, apercibiéndose ella perfectamente de la situación.
    
    -¿Te corta la foto?
    
    -Algo… -reconocí. Aunque no fuera un amigo propiamente dicho, cierta empatía masculina me llevaba a sentirme incómodo.
    
    -¿Prefieres que la quitemos?
    
    -Quizá estaría mejor.
    
    -Pues te vas a quedar con las ganas –me sorprendió de nuevo.
    
    Sonrió con un brillo diabólico en los ojos.
    
    -Soy una chica mala, cariño. El morbo mueve mi alma.
    
    ¡Uff…! ¡¡Cómo me ponía aquella zorra del demonio!! Era pura provocación.
    
    La derribé sobre la cama de un empujón. Nada suave. En realidad, algo bastante violento, sobre todo en su estado, suficiente para ser denunciado hoy día por violencia de género si hubiera sido su deseo hacerlo. Ella respondió con un grito divertido mientras caía de espaldas sobre aquélla.
    
    Bajándome los pantalones ya con cierta urgencia, la penetré de una sola embestida, sin ningún tipo de flotituras ni preámbulos. Ella gimió de puro gusto. Era como había asegurado en el pub: estaba encharcada. Ya en el ascensor, al dedearla, había tenido oportunidad de comprobarlo, pero era ahora, cuando mi polla, mucho más gruesa que cualquier dedo, era la que invadía su gruta de placer y no aquél, cuando me apercibía de la real magnitud de su marea íntima.
    
    El rabo entraba y salía de allí sin apenas rozar, más ...
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