1. Perversión de una embarazada fumadora


    Fecha: 06/05/2021, Categorías: Hetero Autor: Lucyfer, Fuente: CuentoRelatos

    Nota del autor:
    
    Aunque a priori pueda creerse que un fetiche como éste (embarazadas, féminas fumadoras…) resulta algo light y no susceptible de deparar fuertes impactos, avanzo que lo que se narra en el presente relato es algo que puede llegar a resultar muy crudo y escandalizar determinadas conciencias. De hecho, dudé entre la categoría “sado” y ésta en que finalmente he decidido publicarlo. Continúa leyendo bajo tu responsabilidad.
    
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    Paré en de la esquina, aparcando la moto sobre la acera para dejarla junto a la misma puerta, como solía hacer de costumbre. Salía del gym y era viernes, el día en que varios compañeros de éste y otros conocidos y amigos quedan para jugar un partido de fútbol en el campo que les presta el IES del barrio para ello. Al terminar tienen por costumbre pasarse por el bar de Pedro, que queda tan sólo a un par de manzanas de allí. Suelo pasar por él en esas reuniones para verlos y charlar un rato echándonos unas risas. Sobre todo cuando vienen acompañados de féminas de buen ver. Se trata de un grupo heterogéneo, compuesto por varones de distintas edades de los cuales continuamente entran unos y salen otros, y las parejas de algunos de ellos, salvo un núcleo irreductible formado por siete u ocho asiduos desde hace años, con lo cual de vez en cuando ves alguna tía nueva acompañándolos.
    
    Decidí entrar a saludarlos y pasar un rato con ellos. Nada más entrar en la carpa que cubre la terraza el invierno vino a saludarme una ...
    ... nube de tabaco ciertamente densa para lo que se supone es un espacio abierto en el que se puede fumar. Es lo que más me fastidia de estos lugares, pero es el precio a pagar por estas reuniones que suelen ser bastante divertidas. Pasé ante las mesas luciendo palmito y dejándome ver. Es la recompensa que tiene castigarse en el gimnasio y con la dieta. Resulta realmente reconfortante y te sube la autoestima enormemente ver cómo te siguen y aprecian las miradas de ellas. Saludé y seguí hasta el local propiamente dicho para acercarme a la barra y tras hacer lo propio con Pedro, el conocido que lo regenta, pedirme una cerveza.
    
    -¿Cómo se presenta el finde, Maiquel? –me preguntó después de devolverme el saludo, mientras me servía.
    
    -De pena. Nada a la vista.
    
    -¡Buah! No sé de qué te vale castigarte tanto en el gimnasio, si luego follas menos que los Roper.
    
    -¡Ey! Que follo más en un mes más que tú en un año y con mejores pibas.
    
    -Ya. Y más caras.
    
    -Anda, vete a la mierda.
    
    Rio divertido. Todo era en plan coña.
    
    Reparé en ella por primera vez entonces. Era una morenaza realmente impresionante. Muy guapa. Llevaba el pelo recogido en un moño y sus chispeantes ojos oscuros replicaban la alegría de su sonrisa. Sus tetas, que ya de por sí debían ser grandes y con el embarazo se veían ensalzadas hasta lo delirante, reclamaban tan imperiosamente la atención como una mascletá explotada a las cuatro de la madrugada de un día normal entre semana. Llevaba el escote expresamente ...
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